Día Mundial
Trastorno bipolar: Cómo debemos actuar frente a un episodio maníaco o depresivo
Este miércoles se celebra el Día Mundial del Trastorno Bipolar, una enfermedad que afecta a unas 140 millones de personas en todo el mundo
De un tiempo a esta parte, más y más personas en el ojo público han dado un paso adelante y se han sincerado sobre su experiencia con el trastorno bipolar; como Catherine Zeta Jones, Jim Carrey, Miley Cyrus, Mariah Carey, Mike Tyson, Mel Gibson o Mike Tyson. Esto ha servido para dar visibilidad a un trastorno mental que afecta a alrededor de 140 millones de personas en todo el mundo, y a más de un millón de personas solo en España. Si bien es una de las enfermedades mentales más extendidas, también es una de los menos comprendidas. Todavía quedan muchos mitos y conceptos erróneos sobre el trastorno bipolar que debemos desechar.
Y no hay mejor momento para tratar este asunto que este miércoles, 30 de marzo, que es cuando se celebra el Día Mundial del Trastorno Bipolar. Esta fecha se escogió en recuerdo del natalicio de Vincent Van Gogh en el año 1853. El pintor fue diagnosticado póstumamente de este trastorno, porque podría ayudar a explicar algunos eventos clave de su vida, como la mutilación que le dejó sin oreja o su mismo suicidio.
¿Qué es el trastorno bipolar?
Esencialmente, el trastorno bipolar es una enfermedad mental que produce cambios abruptos en el temperamento, pasando de una terrible depresión, a un alto nivel de optimismo y euforia. Estos episodios pueden darse con diferente intensidad y con diferente frecuencia; pudiendo afectar al sueño, al nivel de actividad, a la capacidad de pensar con claridad y -en consecuencia- al comportamiento.
Afecta a ambos sexos por igual y los síntomas suelen aparecer en torno a los 20 o 25 años. Sin embargo, en el caso de las mujeres, estos síntomas pueden desarrollarse con mayor velocidad y con una mayor tendencia hacia la depresión. Aunque hay que hacer un apunte, dentro de lo que llamamos trastorno bipolar podemos hacer una distinción entre varios tipos:
Bipolar I
El afectado ha sufrido -al menos- un episodio maniaco que puede haberle empujado a la psicosis (desconexión con la realidad); que ha podido estar precedido o seguido de un episodio depresivo o hipomaniaco (depresión de menor intensidad).
Bipolar II
El afectado ha sufrido un episodio depresivo, o por lo menos un episodio hipomaniaco; pero nunca ha sufrido una crisis maniaca, que estaría en el extremo opuesto del temperamento, con una energía, un optimismo y una agitación inusualmente elevadas. Esto no significa que el trastorno bipolar II sea más leve que el trastorno bipolar I, porque hace que los afectados puedan estar deprimidos durante periodos más largos.
Trastorno ciclotímico
Los episodios hipomaniacos o depresivos se han dado con mucha frecuencia durante varios meses o años. Que impiden la correcta capacidad para sentir placer producida por cualquier actividad, haciendo que el paciente se sienta a menudo triste y vacío.
Tratamiento
El trastorno bipolar es una condición crónica, que estará presente durante toda la vida del afectado. Sin embargo, sus síntomas pueden controlarse o -al menos- minimizarse, con un tratamiento adecuado. Este tratamiento es siempre personalizado, porque no existe un remedio único para todas las personas que lo padecen. Aunque suele incluir tanto un régimen farmacológico como distintos tipos de terapia psicológica, adaptados a las necesidades del paciente.
Los tratamientos de esta patología pretenden lograr una reducción de los síntomas, para que los pacientes puedan llevar una vida de lo más normal posible. Sin embargo -en muchas ocasiones- ni siquiera un tratamiento diseñado específicamente para el paciente es capaz de estabilizar por completo su estado de ánimo. Y esto hace que su vida pueda verse seriamente afectada, dificultando una correcta sociabilización y -por supuesto- la inserción laboral.
¿Cómo actuar frente al trastorno bipolar?
El psiquiatra Francesco Panicali, del Instituto Brain 360, sostiene que esta enfermedad multiplica por 15 el riesgo de suicidio. Y de acuerdo con algunas estimaciones, el trastorno bipolar podría estar detrás de hasta un 25% de los suicidios consumados. Estas cifras evidencian hasta qué punto es importante que nos involucremos y que tratemos de acompañar a las personas de nuestro entorno que puedan estar exhibiendo signos de manía o depresión causada por un trastorno bipolar.
Evidentemente, lo primero que debemos hacer al advertir estos síntomas, es ponernos en contacto con un profesional de la salud. Si el afectado ha sido diagnosticado previamente convendría que tuviésemos acceso a su contacto, para pedir asesoramiento y comunicarle nuestras inquietudes. En el caso de que el afectado no haya sido diagnosticado, pero sospechemos que puede estar sufriendo un episodio maniaco o un episodio depresivo, la mejor opción es ponerse en contacto con los servicios de emergencia, que nos guiarán y nos pondrán en contacto con un especialista.
Sin embargo, hasta que recibamos las indicaciones de un médico especializado, hay mucho que podemos hacer para que esta persona pueda superar la situación de la forma más inocua posible. Ahora bien, no es lo mismo tratar con una persona que sufre una crisis maniaca, que con una persona que sufre una crisis depresiva o hipomaniaca:
Cómo responder a una crisis maniaca
La crisis maniaca producida por el trastorno bipolar se manifiesta por un estado de ánimo inusualmente elevado, por una irritabilidad fuera de lo común, por la disminución de la necesidad de descanso, por una inusitada velocidad de pensamiento y por un aumento del impulso sexual. Otras pistas que también pueden ser muy indicativas de que una persona está sufriendo uno de estos episodios es que, con frecuencia, suelen vestir de una forma extravagante y llamativa, aumentar sus gastos y realizar actividades innecesarias y extrañas.
En estas situaciones, implicarse y pasar tiempo con el afectado puede resultar decisivo; porque es muy frecuente que durante estos episodios, los afectados se sientan solos y aislados del resto del mundo. Por ese motivo, si la persona está sufriendo un episodio maniaco y tiene una energía inusualmente alta, una buena idea puede ser dar un paseo y tratar de entablar una conversación cercana... sin permitir que el diálogo se vuelva demasiado intenso, o que derive en una discusión.
Recuerda que durante estos episodios, las personas con trastorno bipolar tienden a decir y a hacer cosas que no harían normalmente y que podrían llegar a herir tus sentimientos. No te lo tomes como algo personal y trata de afrontar la situación con mucha paciencia. Una buena idea puede ser realizar preguntas abiertas, que permitan que se exprese y comunique sus frustraciones. No uses un tono de voz o una actitud condescendiente, ni trates de desestimar sus emociones diciendo cosas como “no me parece tan grave”. Limítate a escuchar con la mayor normalidad posible.
Uno de los aspectos que más complican la experiencia de una persona con trastorno bipolar es que -en algunas ocasiones- pueden llegar a disfrutar de las sensaciones producidas por la manía, y no tomar los medicamentos que han sido recetados por un profesional de la salud. Si observamos este comportamiento, la mejor opción es siempre ponerse en contacto con su médico.
Cómo responder a un episodio depresivo
Una crisis depresiva suele evidenciarse por la falta de interés, la tristeza permanente y la incapacidad para sentir placer. Suele evidenciarse también por una alteración de los hábitos alimenticios, que podría derivar tanto en un aumento como en una disminución significativa de peso. Los afectados también suelen experimentar una disminución de la capacidad de concentración y por la disminución de la energía.
Tristemente, en esta situación también suelen serrecurrentes las ideas de muerte y suicidio. Si este es el caso, lo primero que debemos hacer es ponernos en contacto con las líneas de atención para la prevención del suicidio, que en España se ha bautizado como “Teléfono de la esperanza”. Para ponernos en contacto con ellos solo tenemos que marcar el 717 003 717 y comunicarles nuestras inquietudes.
Cuando se presenta un episodio de depresión es importante que tratemos de mantener al afectado en un entorno seguro, retirando los objetos que puedan usarse -potencialmente- para suicidarse, de la forma más discreta posible. A partir de aquí, trata de acompañar y brindar apoyo. Haciéndole saber que estás ahí para él (o para ella) y que estás dispuesto a escucharle.
Cuando el afectado quiera mantener un diálogo, evita dar consejos o juzgar a toda costa. Escucha activamente y trata de ser comprensivo. También recuérdale sus cualidades positivas y cuánto significa para ti o para sus seres queridos. La rutina también puede ayudar a que el afectado sienta que tiene más control sobre su vida; por lo que mantener un horario para la comida o para las tareas del hogar puede ser algo determinante en esta situación.
Alentar el ejercicio físico no suele tener éxito en estas situaciones, pero es muy importante que lo intentemos; porque la liberación de endorfinas y la exposición a la luz del Sol, se han demostrado grandes remedios contra la tristeza. Si el deporte ya ha quedado descartado, no trates de obligarle. Quizás puedas sugerir algún pasatiempo que podáis hacer juntos, como dar un paseo, ver una película o realizar alguna actividad que suela animarle.
Pero -por encima de todo- debemos ser conscientes de nuestros propios límites. Lidiar con la experiencia de un episodio maniaco o un episodio depresivo siempre es frustrante y siempre puede llegar a sobrepasarnos. Si sentimos que no tenemos bajo control la situación es absolutamente necesario pedir ayuda de un profesional.