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El Papa: «No os dejéis arrastrar por la droga del egoísmo»
El Papa Francisco volvió a arengar a los jóvenes en la clausura de la JMJ de Cracovia. En el vuelo de regreso a Roma afirmó que «no es justo identificar el islam con la violencia»
El Papa Francisco volvió a arengar a los jóvenes en la clausura de la JMJ de Cracovia. En el vuelo de regreso a Roma afirmó que «no es justo identificar el islam con la violencia»
La clausura de la Jornada Mundial de la Juventud Cracovia 2016 no defraudó. Tres millones de personas participaron de la misa en el Campus Misericordiae, a las afueras de la ciudad polaca. Algunos rezagados llegaron para la celebración, pero la gran mayoría había pasado la noche a la intemperie. Como es habitual en este tipo de encuentros, los jóvenes pernoctaron entre el jolgorio y la oración. Una vez finalizada la vigilia del Papa, se dio inicio a un hervidero de personas que se movían de sector en sector. Así se formaron grupos que cantaban y bailaban, mientras otros, sin embargo, prefirieron acudir a la adoración en las capillas provisionales instaladas en el interior de todo el campo.
Francisco volvió a sorprender a los jóvenes con una homilía cargada de consejos contra la parálisis que les puede generar la sociedad moderna y en la que advirtió de los peligros que suponen algunas modas. Pero antes de la llegada al campus, el Papa visitó la construcción de un nuevo centro de Cáritas cercano al lugar donde le esperaban los jóvenes. Las dos estructuras de las que consta permanecerán en recuerdo de la JMJ y serán una casa de día para ancianos en dificultades y un almacén de alimentos para pobres llamado «El pan de la misericordia».
En la homilía, el Pontífice comentó el Evangelio del día y explicó a los jóvenes que «no aceptarse, vivir infelices y pensar en negativo significa no reconocer nuestra identidad más auténtica: es como darse la vuelta cuando Dios quiere fijar sus ojos en mí; significa querer impedir que se cumpla su sueño en mí». Por eso les dijo que «Dios nos ama tal como somos, y no hay pecado, defecto o error que lo haga cambiar de idea». «Dios cuenta contigo por lo que eres, no por lo que tienes: ante él, nada vale la ropa que llevas o el teléfono móvil que utilizas; no le importa si vas a la moda, le importas tú. A sus ojos, vales, y lo que vales no tiene precio», añadió.
Francisco les recomendó «pensar que Dios nos ama más de lo que nosotros nos amamos, que cree en nosotros más que nosotros mismos, que está siempre de nuestra parte, como el más acérrimo de los hinchas».
Una de las preocupaciones que mostró ante los jóvenes es que muchos de ellos se encierren en la tristeza «rumiando continuamente los males sufridos y el pasado». «Pero complacerse en la tristeza no es digno de nuestra estatura espiritual», subrayó. «Es más, es un virus que infecta y paraliza todo, que cierra cualquier puerta, que impide que la vida se reavive, que recomience», afirmó.
Por el contrario, continuó, «Dios es obstinadamente esperanzado: siempre cree que podemos levantarnos y no se resigna a vernos apagados y sin alegría». Otro de los puntos que tocó Jorge Mario Bergoglio fue la alegría, y les ofreció un «secreto»: «No apagar la buena curiosidad, sino participar, porque la vida no hay que encerrarla en un cajón». «Ante Jesús no podemos quedarnos sentados esperando con los brazos cruzados; a él, que nos da la vida, no podemos responderle con un pensamiento o un simple mensajito», apuntó.
Del mismo modo, en línea con su discurso del día anterior en la vigilia de oración cuando habló de la sofá-felicidad, les advirtió ante la «droga del egoísmo», «la anestesia del alma» y la «propia comodidad».
Francisco dijo conocer que llevar a buen término todo esto no es fácil y tendrán que hacer frente a los juicios de los demás o a que se rían de ellos. Pero a pesar de esto, les pidió no detenerse «en la superficie de las cosas» y que desconfíen «de las liturgias mundanas de la apariencia, del maquillaje del alma para aparentar ser mejores». Al contrario, «instalad bien la conexión más estable, la de un corazón que ve y transmite el bien sin cansarse. Y esa alegría que habéis recibido gratis de Dios, dadla gratis, porque son muchos los que la esperan».
El Pontífice dejó Polonia por la tarde, pero antes mantuvo un entusiasta encuentro con los voluntarios que durante todos estos días han trabajado sin descanso para ayudar a que todo saliese bien. Dejando a un lado el discurso previsto, Francisco pronunció unas palabras cargadas de fuerza y buen humor en el que les planteó que para ser «sembradores de esperanza para el futuro», deben tener «memoria» y «esperanza». El Pontífice les invitó a preguntarse «de donde vengo», a tener «memoria de mi pueblo, de mi familia, de toda mi historia» porque «un joven desmemoriado no es esperanza para el futuro».
Concluida la visita, en el avión de regreso, el Papa ofreció la tradicional rueda de prensa, en la que se refirió a los últimos atentados islamistas en Europa y dijo: «No es justo decir que el islam es terrorista».
Con su lenguaje
Conexión
«No os detengáis en la superficie de las cosas y desconfiad de las liturgias mundanas de la apariencia Por el contrario, instalad bien la conexión más estable, la de un corazón que ve y transmite el bien».
Chats
«Dios no quiere quedarse en esta ciudad, quiere entrar en tu vida cotidiana. Él espera que, entre los contactos y chats de cada día, el primer puesto lo ocupe el hilo de oro de la oración».
Navegador
«Cuando desea que su Palabra hable a cada una de tus jornadas, que su Evangelio sea el tuyo, y se convierta en el navegador en el camino de la vida. Jesús, a la vez que te pide ir a tu casa, te llama por tu nombre».
Disco duro
«Fiaros del recuerdo de Dios: su memoria no es un disco duro que registra y almacena todos nuestros datos, sino un corazón tierno de compasión, que regocija eliminando el mal».
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