«De Bellum luce»
La vía vasca a la nueva Nación
Con un marco tan favorable, PNV y EH Bildu están dispuestos a negociar y a buscar un consenso que ha sido imposible en estos últimos años, y del que los dos partidos pueden sacar alguna ventaja
El pacto por el que fue investido Pedro Sánchez establece que PNV y PSOE negociarán una nueva fase de actualización del autogobierno vasco en el plazo no superior a un año y medio desde la constitución del nuevo Gobierno de coalición nacido de las elecciones del domingo. También enumera las competencias que deben desplegarse en el tiempo de dos años, y de acuerdo con el Estatuto de Gernika.
Las elecciones de este domingo son, asimismo, el pistoletazo de salida para una negociación, comprometida por Sánchez, y que debe ajustarse al marco de la bilateralidad y la foralidad. EH Bildu puede haberse vestido de cordero durante la campaña para no asustar al voto de la izquierda más crítico con su lazos con el terrorismo, pero, una vez que han pasado las urnas, quien manda ahí, Otegi y Sortu, presionarán a la alza en esta nueva etapa de camino hacia la Nación vasca pero por otra vía distinta a la del «procés». Y así, el presidente del Gobierno se encontrará en vísperas del verano, después de que pasen también las catalanas, entre la espada y la pared en las dos comunidades que le dieron aire para sobrevivir en las últimas elecciones generales.
Lo que está escrito, comprometido por Pedro Sánchez para seguir en Moncloa, es que este nuevo impulso al autogobierno debe ser acordado en el Parlamento vasco, en las Cortes y ratificado en referéndum, el mismo procedimiento para cualquier reforma estatutaria. Les vale con la cesión socialista y el apoyo de la mayoría de investidura, en un cambalache de la Nación vasca a cambio de la Nación catalana. La primera dificultad estará en el acuerdo entre PNV y EH Bildu, contando a su favor con que en la Cámara vasca tienen más fuerza que en la pasada Legislatura, y en Madrid son dos socios fundamentales para la supervivencia de Sánchez. Lo que manden del Parlamento vasco tendrá que salir adelante si el presidente del Gobierno sigue en Moncloa y quiere mantenerse en ella por más tiempo.
Con un marco tan favorable, PNV y EH Bildu están dispuestos a negociar y a buscar un consenso que ha sido imposible en estos últimos años, y del que los dos partidos pueden sacar alguna ventaja. El partido de Arnaldo Otegi se ha vinculado con la exigencia del acercamiento de presos etarras, ya prácticamente cumplimentado, y con que se acelere su puesta en libertad. Pero no puede ser su única causa porque su parroquia la da ya también por amortizada y la parte más vinculada a Batasuna lo que espera que es su voto sirva para hacer realidad los planes políticos de ETA.
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