Insensateces
Tratar bien
Por lo visto, si no llegas a tu casa con moretones, con desgarros, y con la vida machacada, es que a ti no te ha pasado nada y se sospecha de ti, no del tipo.
Les pregunto a los hombres porque parece que ya no se plantean que esto es de dos. ¿Es tan difícil, de verdad, tratar bien a una mujer? ¿Es tan complicado que ambos respeten las formas y maneras del otro? ¿Es imposible intuir de qué forma desea una tía cómo tiene que suceder? Porque, efectivamente, no todos los comportamientos son delictivos, pero eso no significa que no sean vejatorios para las mujeres. Si cuesta entender esto, es que queda un larguísimo camino. Porque, por lo visto, si no llegas a tu casa con moretones, con desgarros, y con la vida machacada, es que a ti no te ha pasado nada y se sospecha de ti, no del tipo.
Estos días en los que Errejón ha quedado retratado (que no lo digo yo, que lo dice mismamente su partido) es fácil comprobar que, los hombres muy activos en redes y muy de izquierdas, todavía se lamen las heridas. No son capaces de pensar en todas esas mujeres heridas o molestadas o que llegaron a sus casas pensando «qué carajo me ha hecho este menda». No. Siguen pensando en Errejón, en que nadie le juzgue antes de tiempo y en que tengamos cuidado no vayamos a salir a quemar pubs con motivos taurinos y bodega de puros. Que no nos precipitemos, que las denuncias anónimas no sirven porque está la presunción de inocencia llamando a nuestras puertas con los nudillos como Ilia Topuria. Mientras tanto, se escudriña en el relato de la actriz que le ha denunciado. Que si vino y que si fue, que si su bebé tenía fiebre, que si lo dejó entrar otra vez en su casa. Así que, de nuevo, se pone el foco en ella, en vez de ponerlo en Errejón, otro saco de mierda mental, incapaz de entender y de entenderse; incapaz de hacer un comunicado digno, sincero, cabal, responsable; incapaz de reconocer unos errores de comportamiento tan bestias que da vergüenza pensarlos. Ahora vendrán los tiempos de sus adicciones (que ya se han filtrado como atenuante), vendrán los que dicen que criticarle es alimentar el fascismo y toda esa morralla lamentable que olvida hasta sus propias mierdas. Todas las alfombras, todas, ocultan gusanos.
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