Biblioteca Harley-Davidson

Sabiduría

La tristeza, el dolor, son, al cabo, parte de las funciones biológicas y la única grandeza que tiene ese inexorable paso del tiempo que nos condena a la caducidad es que a un dolor, tarde o temprano, le seguirá un placer y viceversa

¿Cuál sería la definición más exacta de lo que es sabiduría? Puesto que he querido aprender a ser humano, la pregunta me importa mucho y he dedicado bastante tiempo a darle vueltas. Las buenas definiciones son las breves, sintéticas e imprescindibles. Persiguiendo ese propósito, me he topado con la conclusión de que, a mi parecer, la sabiduría no es otra cosa que alcanzar la capacidad de contender con todos los diversos aspectos de la vida. Hay gente que tiene grandes capacidades: físicas, intelectuales, emocionales, comunicativas, etc. Pero tener una gran capacidad para algo específico no te hace sabio, porque solo significa dominar a fondo todos los aspectos de alguna especialidad concreta. Si eres un ignorante en el resto de las facetas de la vida humana, tu gran capacidad específica no te servirá para gestionar otros aspectos enormemente importantes de la vida. Un erudito puede resultar un tonto estupendo.

La capacidad de gestionar, de contender con la multitud y diversidad de los aspectos de la vida humana, sean positivos o negativos, con los gozos, placeres, sinsabores, imprevistos y todo lo que nos depara la existencia durante el tiempo que duramos creo que es la mejor definición de sabiduría.

Si cuento todas estas elucubraciones es porque pienso que nos pueden ser útiles. La vida es tan multiforme, tan variada, tan arbitraria, tan imprevisible que aquel que aspire a pasar por ella indoloramente será un cándido y, sobre todo, estará eternamente frustrado. La tristeza, el dolor, son, al cabo, parte de las funciones biológicas y la única grandeza que tiene ese inexorable paso del tiempo que nos condena a la caducidad es que a un dolor, tarde o temprano, le seguirá un placer y viceversa. Por eso supongo que he deseado compartir con vosotros, queridos congéneres, estas palabras. Porque me he dado cuenta de que un poco más de dolor en este mundo sí que importa.