Sin Perdón
La opa absurda del BBVA
«No me gustan los cazadores de bonus, sino los directivos de las empresas que trabajan duramente»
Los meses pasan y todavía no he conseguido saber qué beneficios aportará la agresiva opa del BBVA sobre el Sabadell. Hay uno que no es desdeñable, pero no beneficia a la economía, las empresas, el crédito, los clientes y los accionistas del banco que Carlos Torres quiere extinguir. Son los millonarios bonus que cobrarán tanto él como su equipo. Es un acicate en estas operaciones y además será un ejecutivo más importante. El poder no es algo privativo de los políticos, sino también de las ejecutivos como él. La operación depende de la autorización de las instituciones. Como no le veo ninguna utilidad para la economía, lo más sensato sería rechazarla, pero en el mundo político puede suceder cualquier cosa. Por supuesto, los que ganarán mucho dinero serán los lobistas de las redes clientelares del PSOE, los consultores y los abogados. Los primeros hacen ver que tienen acceso a los despachos gubernamentales, aunque no influyan en nada, pero ya se sabe que lo importante para ganar millones de euros en este terreno es la percepción y no la realidad.
Los otros realizarán, al menos, un trabajo jurídico y económico. Como liberal me parece muy bien. En cambio, nunca he defendido ni la especulación ni el capitalismo salvaje. No me gustan los cazadores de bonus, sino los directivos de las empresas que trabajan duramente y no conciben su trabajo como un monopoly. Lo que sabemos seguro es que el éxito de la opa hará más ricos a unos pocos, reducirá las opciones de crédito para las empresas y comportará que miles de personas se queden sin trabajo, aunque reciban la compensación que legalmente les corresponda. Hay edades en que es demoledor irse al paro o jubilarse anticipadamente. Como defensor del capitalismo, ya que es el mejor sistema económico, así como el más justo, no comparto su vertiente más especulativa y despiadada. Torres es uno de los hombres más poderosos e influyentes de nuestro país. Por ello, es posible que consiga extinguir un banco catalán que está profundamente arraigado en el tejido empresarial y que se ha caracterizado por la buena gestión de sus directivos. No sé si podrá resistir en estos tiempos en los que imperan los tiburones y los lobistas. Lo que tengo claro es que será una gran pérdida para Cataluña.
Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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