El gran éxito europeo de Borrell

Catedrático de Matemáticas en la Universidad Complutense, eficaz ministro de Obras Públicas con Felipe González, portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, presidente del Parlamento Europeo, ministro de Asuntos Exteriores con Pedro Sánchez, vicepresidente de la comunidad Europea, a cargo de los Asuntos Exteriores, intelectual de alto prestigio, autor de libros relevantes como Métodos matemáticos para la economía y Las cuentas y los cuentos de la Independencia, Josep Borrell habrá cometido errores –todos los cometemos–, se habrá equivocado en ocasiones –todos nos equivocamos– pero es el político español de mayor alcance internacional.

Socialista desde su primera juventud, discrepo de él en no pocas cuestiones sustanciales. Pero el rigor intelectual y la objetividad exigen reconocer lo que Josep Borrell significa ahora que, después de una gestión europea caracterizada por el éxito, la moderación y la sagacidad, el gran político catalán regresa a la España convulsa que estamos viviendo. Aquellos que pretendieron esterilizar a Borrell en el laberinto europeo se equivocaron de medio a medio.

Son pocos los que recuerdan que manejó un Plan Hidrológico Nacional que hubiera resuelto muchos de los problemas después padecidos. Rechazó siempre que Cataluña estuviera discriminada por los convenios, pero discrepó con firmeza del derecho de autodeterminación que algunos querían atribuir a la Comunidad Autónoma. Su posición internacional, tanto en la guerra de Ucrania como en la de Gaza, ha resultado inequívoca y ha colocado a la Unión Europea en el lugar que le correspondía. Hostil en todo momento a la política de concesiones innecesarias, hizo buena la frase de Adenauer: «La tensión no debe desequilibrarnos y para calmar a la fiera no podemos entregarle la pieza que anhela».

Y que no se confundan los lectores. La sagacidad intelectual y el rigor científico no han alejado a Josep Borrell del contacto con el pueblo. En las elecciones europeas cosechó cerca de los 8.000.000 de votos, se encaramó en los 20 escaños, dejó al PP en 12, a Cs en 7 y a Podemos en 6.

La política española se nutre de la mediocridad y muchas veces de la incompetencia. Los partidos políticos se han convertido en agencias de colocación y enchufes. Sus militantes forman rebaños mansurrones y lanares, pastoreados a veces por dirigentes a los que solo caracteriza la voracidad de poder. Habrá que celebrar por eso que un hombre de la talla de Josep Borrell regrese a España.

Luis María Anson, de la Real Academia Española