Aunque moleste

Festejando la corrupción

Sánchez está deseando que lo imputen para poder desimputarse

A lo de Sevilla, que aún colea, le han puesto las derechas tantos nombres que no sabe uno cuál de todos casa mejor a esa reunión junto al Guadalquivir del partido al que Rivera denominaba «banda». Aunque la banda, según Albert, no sólo la formaban los forofos de Sánchez y Marizú, sino también los puigdemones, bildutarras, podemitas y sicarios del golpismo cataloide, sumados por mero interés a la causa pedriana. Dicen que Cuca ha bautizado el cónclave como El Congreso de los Imputados. No le falta razón. Se ajusta más a este apodo, que otros de los muchos aireados, y que ponen el acento en palabros como «mangantes», «troleros» o «Desfalcon Crest», por la calidad de los actores: el Santo Pedro, su santa, Begoña, y el Santos Cerdán, sin olvidar a «extras» de pedigrí contrastado como Bolaños, la Choni o Patxi qué-más-da. A falta de debate o autocrítica, le correspondió a Espadas Cejas el papelón de presentar como «invitados prominentes» a Chaves, Griñán, Maleni, Aguayo y Serrano Aguilar, otrora condenados en sentencia firme por diferentes tribunales como consecuencia del reparto «arbitrario, sin transparencia ni control» de los 679,4 millones del saqueo de los ERE. Ya nadie se acuerda de que Susana Díaz dijo sentir «vergüenza» de aquello. Los griñanes fueron recibidos en el cónclave con tormenta de aplausos al grito de «gracias por lo que hicisteis». Que fue nada, según la sentencia última del Tribunal Pumpido, experto en mancharse la toga, como él mismo reconoce. Los 680 kilos se esfumaron de las arcas de la Junta por birlibirloque, y si te he visto no me acuerdo.

El homenaje en el cónclave continuó hasta el éxtasis de prometer que «seguiremos haciéndolo». Dan igual las comisiones de Ábalos y Koldo, los sobres de Aldama, las bolsas con dinero cash que Carmen Pano dice haber entregado en Ferraz. El mensaje del sínodo socialista es claro: por mucho que nos condenen los tribunales fascistas, llegará el momento en el que el Constitucional nos absolverá a todos. Apenas hay que esperar acumulando pruebas de que se incurre en indefensión y se vulneran derechos fundamentales, como con Chaves y cía. Begoña y los cerdanes lo saben. Como también lo sabe el Uno, que en realidad está buscando que lo imputen. Lo explica muy bien el catedrático de Derecho Constitucional Carlos Ruiz Miguel: si es imputado, el caso lo deja de llevar Peinado y pasa al Supremo, que habrá de pedir suplicatorio al Congreso. ¿Alguien cree que la mayoría Frankenstein lo va a conceder? En caso negativo, sólo quedará el recurso al TC, cuya mayoría ¿de quién depende? Pues eso, que Sánchez está deseando que lo imputen para poder desimputarse.

Y entretanto, la derecha, «embabiada», piensa que si no aprueba los presupuestos, convocará elecciones. Pues ni habrá presupuestos ni convocará elecciones. Sánchez forever. Apenas con salir de ésta, lo demás llegará sólo, con el apoyo de la Comisión Von der Leyen. Al fin y al cabo, tienen en España a su mejor aliado para experimentar con la censura a la desinformación, el gran hermano del registro de viajeros, los permisos climáticos y demás camelancias 2030. Gobierno no hay, pero a Pedro-si-te-creo le da igual. Él se entretiene anunciando ayudas que no llegan o con su nuevo Sánchez Real Estate. Como feriante, ninguno.