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Guía fiscal para desplumar a un ganso con y sin estruendo

La clase media y los pensionistas, porque no se deflactan –actualizan–las tarifas, pagan más y aportan más al fisco. Aquí sí, Hacienda logra desplumar al contribuyente con el menor griterío posible

Jean Baptiste Colbert (1619-1683) fue ministro principal –equivalente a primer ministro– y Controlador general de Finanzas de Francia durante más de veinte años en el reinado de Luis XIV (1643-1715). Explicaba que «al arte de la imposición consiste en desplumar a un ganso para obtener el mayor número de plumas con el menor griterío posible». Sucesor del cardenal Mazarino (1602-1661) sentó las bases de la independencia económica francesa, logró una balanza comercial positiva, liquidó la deuda pública y aumentó, de forma notable, la recaudación. Su ejemplo del ganso es un clásico en las escuelas fiscales del mundo. María Jesús Montero, «vice» y ministra de Hacienda, reafirmada como número dos del PSOE tras el Congreso de Sevilla, no es fiscalista, pero ha aprendido rápido. Es muy trabajadora –al césar lo que es del césar– y tenaz y ha perfeccionado el consejo de Colbert. Por una parte, consigue el mayor número de plumas del contribuyente con escaso griterío, pero al mismo tiempo es capaz de que otros contribuyentes –en teoría ricos– organicen grandes estruendos sin que Hacienda recoja muchas plumas. En el segundo caso, no se pretende recaudar más, sino que haya indignación y quejas de los afectados, más o menos ricos.

El congreso del PSOE en Sevilla se centró en la aclamación del líder, de Pedro Sánchez, que ya es el secretario general con más poder en la historia. También hubo cierre de filas con los afectados por asuntos ahora en los tribunales. Y, además, letra pequeña, pero no menos importante, que ha pasado inadvertida. Por ejemplo, los asuntos fiscales que discutieron los delegados. Destaca el epígrafe del documento fiscal general titulado «aumentaremos la lucha contra la evasión fiscal de los megarricos». En teoría son los 35.000 contribuyentes que más impuestos sobre la renta pagan. El objetivo es que apoquinen al menos el 50% de sus ingresos, aunque la mayoría, si no lo hace ya, está muy cerca. Otro objetivo es que los mayores patrimonios paguen un 5% por el Impuesto de Patrimonio, es decir, el mayor gravamen del mundo por ese concepto. Todo ello sin olvidar gravar herencias y donaciones donde están bonificadas como en Madrid. Todo eso aportará una recaudación mínima, pero generará escandalera y permitirá decir que se persigue a los «megarricos». Al mismo tiempo, la clase media y los pensionistas, porque no se deflactan –actualizan–las tarifas, pagan más y aportan más al fisco. Aquí sí, Hacienda logra desplumar al contribuyente con el menor griterío posible, como aconsejaba Colbert.