Historias del mundo
Meloni paga cuentas
«El equivalente a los 80 euros que dejaron sin pagar está en un bote de cristal “contra el mal de ojo”»
No ha sido el mayor «simpa» de la historia. De momento, ese deshonroso récord lo tenemos en España. Una familia del Bierzo lleva años celebrando banquetes de bautizos y bodas sin pagar un euro. Disfrutaban de la comida, tarta incluida, por supuesto. Pero en cuanto llegaban los músicos a animar el festejo, salían del restaurante. En ocasiones, hasta haciendo la conga. Algún hostelero ha denunciado que la cuenta ascendía a los 12.500 euros.
En Albania, el «simpa» en cuestión es del equivalente a unos 80 euros. Aunque era la primera vez que les ocurría a Guva Mangalem, el restaurante de la histórica ciudad de Berat, a orillas del río Osum. En pleno agosto, las imágenes de los cuatro italianos huyendo del local por la escalinata empedrada comenzaron a inundar redes sociales e informativos albaneses. Una vez más, en un rincón del mundo se repetían comentarios iracundos sobre extranjeros con un comportamiento reprobable. Cuando entrevistaron a la propietaria del hotel-restaurante, Guva Mangalem bromeó con que los comensales comieron muy bien. E incluso le dieron las gracias.
Durante sus vacaciones privadas, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, tuvo un encuentro informal con su homólogo albanés, Edi Rama. Éste le contó el episodio entre risas. Pero a Meloni le desagradó profundamente, causándole «vergüenza» porque sus «compatriotas no respetaran el trabajo de los demás» y les haga gracia estafar. Acto seguido, pidió al embajador italiano en Tirana que se desplazara hasta el local y pagara la cuenta.
Entonces llegó la indignación en Italia contra la primera ministra. Criticaban que Meloni hubiera pagado de las arcas italianas la desfachatez de cuatro «idiotas». A lo que la propia «premier» ha tenido que contar su versión de los hechos, especificando que lo pagó de su bolsillo.
De las identidades de los cuatro «sin vergüenzas» no hay noticias. Sin embargo, en el restaurante confirman que los 80 euros fueron entregados y metidos en un bote de cristal. «Llegaron y se quedarán aquí contra el mal de ojo», explica Mangalem. Para ella, Meloni ha sido como una «buena madre y estricta, dando ejemplo en casa». Reconoce que en el fondo no está enfadada con los italianos. Al final, le han hecho una enorme publicidad (nacional e internacional) de su pequeño restaurante.
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