Sin Perdón

El liderazgo menguante de Sánchez

Nadie es tan ingenuo para pensar que perdonará las humillaciones a las que considera le han sometido Puigdemont, Nogueras y el resto de los diputados y senadores de Junts.

La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, se equivocó este martes al referirse al liderazgo menguante de Feijóo cuando se debía referir, necesariamente, a Sánchez. Hay que vivir en una galaxia paralela para verlo de otra forma con los escándalos que rodean al PSOE y al Gobierno. La situación en el Congreso es muy inestable. No cuenta con una mayoría sólida y la legislatura depende de Puigdemont, que hace no demasiado tiempo quería meter en la cárcel. Es la época en que le parecía muy bien que se judicializara la rebelión política contra la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Cataluña. El expresidente catalán ha pasado de ser la reencarnación de Lucifer y el paradigma de todos los males para convertirse en el socio más deseado de Sánchez. Es cierto que sus convicciones son efímeras, ya que dependen de sus necesidades políticas. No hay que ser un fino analista para entender que si cambiara el escenario regresaría su interés por encarcelarlo. Por eso necesita que le aprueben los presupuestos porque permitirán que el expresidente catalán vuelva a ser su rehén político. Nadie es tan ingenuo para pensar que perdonará las humillaciones a las que considera le han sometido Puigdemont, Nogueras y el resto de los diputados y senadores de Junts.

Alegría dice cosas muy raras en las ruedas de prensa tras el Consejo de ministros. Me imagino que quiere hacer méritos ante Sánchez para sucederle. Con ello se cumpliría el sueño de Santos Cerdán, que es su patrocinador, aunque los dos deberían recordar que en el sanchismo todo es efímero. Las meteduras de pata de la portavoz son antológicas. Con el desparpajo que la caracteriza calificó de «absentismo laboral» que Ayuso plantará a Sánchez. Me imagino que no se acuerda de la tomadura de pelo de los cinco días de vacaciones pagadas que se tomó el presidente del Gobierno para reflexionar sobre su futuro. Al poco supimos que era una comedia para esconder los escándalos que le afectan y angustian. Sánchez se dedica a maltratar a Ayuso con insultos y mentiras que siguen los mamporreros políticos y mediáticos. Es la expresión de un machismo insufrible. Todo vale para destruirla política y personalmente. El presidente menguante se enfrenta sin éxito a su némesis. Es bueno que Alegría no siga con el argumentario contra Feijóo, porque hace el ridículo.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).