Canela fina
¿Junqueras, hombre clave?
«Pedro Aragonés liquidado, Oriol Junqueras, si continúa, sería el hombre clave que puede decidir el apoyo de ERC, directo o en abstención, a Illa»
Pedro Aragonés, desarbolado por el fracaso electoral, ha reaccionado de forma ejemplarmente democrática, y ha rechazado incluso el acta de diputado. Anunció, además, que deja la primera fila de la política. Oriol Junqueras se convierte, si tras las elecciones europeas decide continuar, en el hombre clave de ERC y, por consiguiente, de la solución al rompecabezas catalán.
A Pedro Sánchez, siempre dispuesto a torear la ley en beneficio del delincuente, si es que eso le favorece a él y a su permanencia en Moncloa, le convendría que Salvador Illa arriara sus banderas y anunciara su apoyo al prófugo golpista Carlos Puigdemont. El líder socialista catalán, sin embargo, a pesar de su ardiente admiración por el presidente del Gobierno, no parece dispuesto a facilitarle las cosas. Quiere, a toda costa, ocupar la presidencia de la Generalidad. Salvador Illa aspira a que, en esta ocasión, el César Sánchez no le aplique la presunción calderoniana: «El vencido, vencido, y el vencedor perdido». Carecemos de información contrastada sobre las relaciones entre Illa y Sánchez. Por eso asombra el «Sánchez ya tiene su Bruto», que escribió sagazmente Carmen Morodo en este periódico.
Así que la solución más lógica al rompecabezas catalán sería que ERC se ponga de acuerdo con Illa. Los escaños republicanos, sumados a la ridícula pero imprescindible aportación de Sumar, encaramarían al líder socialista en lo más alto de la Generalidad, abriendo una etapa especialmente incierta para Cataluña.
El César madrileño, a mi manera de ver, podrá aguantar algún tiempo sin demasiados problemas. Es cierto que precisa de los siete escaños de Puigdemont para mantenerse en el poder. Pero, salvo que el prófugo golpista facilite una moción de censura a Alberto Núñez Feijóo, Sánchez tiene muchas cartas, cartas marcadas, que jugar, todas ellas necesarias para Puigdemont. Desde el pasado 23 de julio, el presidente del Gobierno camina sobre la cuerda floja de una situación insólita y casi insostenible. Aparte de los quince partidos de Sumar, depende de los doce escaños derechistas del PNV y Junts, a los que está manejando con endiablada habilidad, esa es la verdad.
Junqueras, hombre clave si continúa, podría también desechar a Illa, y negociar un acuerdo que permitiera al prófugo golpista sentarse de nuevo en la silla curul del palacio de la Generalidad. Casi ningún observador se atreve a pronosticar lo que hará el dimitido presidente de ERC. A nadie le gusta hacer rayas sobre el agua.
Luis María Anson,de la Real Academia Española.
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