Sin Perdón
La heroica batalla contra el antisanchismo
No es profeta en su tierra por culpa de los medios de comunicación que están controlados por poderes oscuros
Sánchez ha decidido plantar cara a la pérfida derecha que le odia. Es una antipatía fundada en la envidia, los celos y la ignorancia. No se han dado cuenta de la suerte que tiene España contando con su liderazgo. Fue capaz de afrontar con éxito la pandemia, ha conseguido que nuestro país tenga importancia en el mundo, la economía va como una moto y ha logrado la pacificación de Cataluña. Las encuestas muestran que no es profeta en su tierra por culpa de los medios de comunicación que están controlados por poderes oscuros que quieren impedir, supongo, que España siga por la senda del progreso y del liderazgo europeo. Es la lucha entre el bien y el mal. La encontramos reflejada en la Biblia, así como en los textos sagrados de cualquier religión. Al igual que sir Lancelot du Lac, el famoso caballero de la Mesa Redonda, salía a combatir a los dragones, Sánchez se ha puesto manos a la obra y muestra una hiperactividad comunicativa para derrotar a ese pertinaz enemigo que le niega el reconocimiento que merece.
El primer efecto es su anuncio de que ha conseguido movilizar al voto progresista. Por supuesto, la buena nueva ha sido expandida por el aparato propagandístico al servicio de la reelección presidencial mientras se destaca el riesgo de la llegada de la ultraderecha y la derecha extrema. Me recuerda cuando hace unas semanas se anunció que el efecto Feijóo había fracasado y asistimos a su consagración como noticia relevante por parte de los neosanchistas. A los pocos días se producía la catástrofe electoral y la convocatoria de elecciones anticipadas. Ahora se trata de advertir de que los derechos y las libertades corren peligro. Hace tiempo que he asumido la ignorancia de algunos columnistas y tertulianos en materia de Derecho Constitucional y Comunitario. Se puede decir cualquier tontería con absoluta impunidad. A esto se añade que vuelvan con la amenaza del fascismo y que nos va la vida en ello. Es impresionante. Por supuesto, han convertido Extremadura y María Guardiola en un icono. Ahora solo falta que cuelguen un letrero con el «No pasarán».
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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