Atenas

Podemos, tan mal como Syriza

La Razón
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El sondeo de opinión de NC Report que hoy publica LA RAZÓN no sólo indaga sobre la actitud de los españoles ante la crisis griega, sino que ofrece un nítido reflejo en la política doméstica del temor de la mayoría de los encuestados a las consecuencias para el futuro de España de un populismo de izquierdas como el que representa Podemos. En este sentido, si Pablo Iglesias ha buscado una identificación política e ideológica con la formación que lidera el primer ministro griego, Alexis Tsipras, es evidente que lo ha conseguido de pleno, hasta el punto de que un 54,4 por ciento de los encuestados se dice convencido de que con un gobierno de Podemos, España terminaría como Grecia. Casi un 70 por ciento opina que el partido de Iglesias hace promesas irrealizables, como Syriza, y a un 45,8 de los encuestados le parece «mal o muy mal» el apoyo expreso de Podemos al jefe del Ejecutivo heleno. Sin embargo, el sondeo también revela un dato que no por esperado deja de ser preocupante: entre los votantes españoles más jóvenes, los menores de 30 años, se registra un claro apoyo a la postura de enfrentamiento con las instituciones de Bruselas que han seguido las autoridades griegas, lo que demuestra que el discurso antieuropeísta, que pone en duda las virtudes de la moneda única y rechaza una inconcreta «Europa de los mercaderes», está calando en las nuevas generaciones que no han vividola Europa anterior a la caída del Muro de Berlín y a la supresión de fronteras, y que se extiende al socaire de los partidos populistas, ya se reclamen de la extrema izquierda o de la extrema derecha. Una deriva que las instituciones comunitarias deberían tener mucho más en cuenta, sobre todo cuando se transmiten mensajes contradictorios, lastrados por intereses puramente nacionales, sobre la vigencia y oportunidad de cumplir las normas que rigen la casa común y que permiten a los populismos acuñar expresiones como «terrorismo financiero» para justificar el incumplimiento de las obligaciones contraídas, como hicieron ayer el ministro de Economía heleno, Yanis Varufakis, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Por supuesto, la mayoría de los españoles no comulga con esas teorías averiadas y considera que los gobiernos griegos han engañado a Europa, como opina un 59 por ciento de los consultados; que la dureza de las autoridades de Bruselas con Atenas está justificada –51,7 por ciento– , y, por abrumadora mayoría del 86,9 por ciento, que Grecia debe devolver el dinero que le han prestado los países europeos. Esto no significa que los españoles crean que es una buena solución que los griegos salgan del euro. Prefieren una victoria del «sí» en el referéndum de hoy y un retorno a la mesa de negociaciones. España no es Grecia, pero para no alentar a quienes pretenden emular a Syriza, Bruselas debe mantenerse firme ante el chantaje del populismo griego.