El drama de los desahucios
Los populistas se olvidan de los desahuciados
Podemos y sus sucedáneos llegaron a la primera línea política subidos en la ola de la crisis y de la desesperación de la gente en años complicadísimos después de la herencia del Gobierno socialista. Los populistas parasitaron colectivos al servicio de sus estrategias partidistas. Entre ellos, las plataformas antidesahucios fueron una prioridad para utilizar ese drama contra el Gobierno popular con un mensaje tan falso como demagógico. Casi diez meses después de que se hayan convertido en una realidad lo que ellos llaman «ayuntamientos del cambio», el panorama es que el asunto parece olvidado en las agendas de los consistorios populistas. Muchas voces de aquellas plataformas de afectados por las hipotecas, que creyeron en las soflamas de Carmena, Colau o «Kichi», se sienten hoy traicionados y son conscientes de que fueron, y aún lo son, objeto de manipulación política. Lo cierto es que los ayuntamientos de las marcas blancas de Podemos en Madrid, Barcelona, Cádiz y Valencia han hecho poco o nada por esa gente en dificultades, y si muchos han logrado superar o afrontar la cruda adversidad es porque desde el Gobierno de la nación se desarrolló una eficaz política antidesahucios para los colectivos más vulnerables –Código de Buenas Prácticas, Ley de Segunda Oportunidad, etc.–, que promovió la suspensión de lanzamientos, fondos sociales de vivienda, alquileres sociales y daciones en pago. Los ciudadanos ya saben lo que pueden esperar de unos y de otros.
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