Cataluña
El Rey llama a garantizar la libertad e igualdad de todos
De todas las instituciones de nuestro país, las Fuerzas Armadas es la que desempeña con más eficacia y discreción su función. Muy claramente definidas en la Constitución, han dado ejemplo de lealtad a las Cortes y al Gobierno, manteniéndose siempre al margen de las alternancias políticas, incluso de aspectos que afectan directamente a sus funciones constitucionales. Ninguna otra institución ha sabido adaptarse de manera más eficaz y útil a la nueva realidad social marcada por un enemigo exterior global que requiere una alta profesionalidad, gran capacidad organizativa y prudencia en las decisiones. Como indica la Carta Magna en su artículo 8, los Ejércitos «tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional». Su cometido, por lo tanto, debe ser ejercido sin ostentación, sólo por un principio de lealtad democrática y el prestigio que le reconoce la sociedad española. Como escribió Benito Pérez Galdos, «no hay libertad sin Ejército, ni Ejército sin libertad». En la celebración de la Pascua Militar de ayer, Felipe VI, como jefe de las Fuerzas Armadas, se refirió a la «embestida brutal» del terrorismo yihadista y a las trágicas consecuencias que ha tenido en las misiones de nuestros Ejércitos en el extranjero. «Quienes en cualquier lugar atacan nuestros derechos y libertades se deben encontrar con una reacción valiente y decidida de unidad y firmeza en la defensa de nuestro modelo de convivencia», dijo Don Felipe, «porque garantizar la libertad y los derechos de los ciudadanos es una exigencia y una responsabilidad de nuestro Estado de Derecho». Como corresponde, el Rey no hizo referencia en su discurso a la situación política, al escenario parlamentario tras los pasados comicios, a la posibilidad de elecciones anticipadas ni al bloqueo institucional abierto en Cataluña por el independentismo. Sus palabras se centraron de manera general en las Fuerzas Armadas y, de manera especial, en las misiones acometidas en el extranjero y su «ejemplo extraordinario de patriotismo, de solidaridad y de compromiso con la paz y la seguridad de las personas que les necesitan». El papel de nuestras unidades militares ha sido muy valorado en Líbano, Bosnia, Somalia, Mali, Gabón, Senegal, República Centroafricana y el océano Índico. Acaba de finalizar su misión en Afganistán, después de 14 años de «duro y abnegado trabajo dedicado a pacificar y reconstruir ese país junto a nuestros aliados». Como ejemplo de la confianza que tienen nuestros militares internacionalmente, baste recordar que este año España ha sido escenario de la mayor maniobra de la OTAN, el ejercicio «Trident Juncture». Las Fuerzas Armadas no han sido ajenas a los efectos de la crisis económica y han aceptado recortes importantes sin disminuir su eficacia. Las cifras hablan por sí solas: desde el año 2008, el presupuesto de defensa se ha reducido más de un treinta por ciento. De 8.494 millones de euros se ha pasado a 5.962 en el pasado año 2016, pese al segundo aumento, aunque leve, del presupuesto desde la recesión. Esta Pascua Militar también ha servido para que Felipe VI reciba la Bengala de Mando, distintivo de su empleo como capitán general de los tres ejércitos, a quienes recordó que «mandar es servir». En ese sentido, los Ejércitos, la Armada y la Guardia Civil siempre han sido un ejemplo para todos.
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