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Editorial

La economía real es paro y exclusión

Endeudados y empobrecidos, vivimos una mediocridad crónica, maltratados por una represión fiscal desconocida, después de que se haya despilfarrado el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia

La España del cohete de Pedro Sánchez es un eslogan del que nunca se apearán. Ni siquiera lo matizarán. Ya pueden recoger las estadísticas oficiales los más negros nubarrones que el oficialismo, su propaganda y sus corifeos mediáticos se mantendrán encastillados en el mensaje del éxito, el milagro económico y el liderazgo de la locomotora europea. La economía será un hito prodigioso o no será. Así de sencillo. La mentira institucionalizada de manera machacona es un arma cargada de presente y de futuro en manos del régimen. Las frías cifras de los cuadros macro y micro de toda fuente oficial nunca fueron más calientes que en este tiempo al calor de la cocina y el aderezo con que confundir todo amargor. Se conocieron los datos del paro de noviembre y el departamento de Yolanda Díaz los celebró con la lectura sesgada y maquillada marca de la casa de la caída del registrado en 16.036 personas frente a los cerca de 26.000 de media en los que solía crecer en el undécimo mes del año, la suma de casi 500.000 empleos más en el último año y el 41,8% de los contratos indefinidos. Cosmética habitual al margen de la provocada por la contabilidad alternativa, asistimos a otro ejercicio de desinformación clamorosa. Los números gubernamentales, más que hablar, callaron sobre aquello que Moncloa intenta soslayar. El empleo marcó el peor noviembre desde la pandemia con 30.050 afiliados menos que el mes pasado con la afiliación y el paro en una coyuntura de debilidad en términos interanuales. La ralentización del mercado de trabajo resulta incontestable. El 0,6% que representó el recorte del desempleo registrado es la tasa más baja desde el año 2020. Jactarse de un hito en la contratación indefinida con 2,6 contratos/mes de media firmados para salir del paro roza la provocación. El 17% de firmas a tiempo completo traza el retrato de la temporalidad y la precariedad. Que el presidente hable de pleno empleo en el país con los peores datos de toda la Unión Europea, la mayor tasa general, de jóvenes hombres y mujeres, revela un nulo respeto y empatía por los ciudadanos y en especial por los que padecen esta lacra. Por eso la izquierda ha perdido la calle. Es incapaz de pensar, de sentir y de escuchar. Si no fuera así se cuidarían de excederse en el alarde, el autoelogio y la fanfarronería en una nación con 9,4 millones de personas, el 19% de la población, en exclusión social, 4,3 millones en la circunstancia más severa, según un avance de resultados del IX Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en España de la Fundación FOESSA, fundada por Cáritas Española. Para el presidente, esa España no existe y no se refiere a ella. No tiene utilidad para sacar ventaja ni para desgastar al adversario. Endeudados y empobrecidos, vivimos una mediocridad crónica, maltratados por una represión fiscal desconocida, después de que se haya despilfarrado el mayor estímulo fiscal y monetario de la historia.