A pesar del...
Después de O.K. Corral
El 26 de octubre de 1881, el O.K. Corral en Tombstone, Arizona, fue escenario del tiroteo más famoso del lejano Oeste. Wyatt Earp, sus hermanos y su amigo, se enfrentaron a sus enemigos, en un conflicto que marcó la historia.
El 26 de octubre de 1881, sobre las tres de la tarde, cerca del O.K. Corral en Tombstone, Arizona, tuvo lugar el tiroteo más famoso del Lejano Oeste norteamericano. Participaron de un lado cuatro agentes de la ley: Wyatt Earp, sus hermanos Virgil y Morgan, y su amigo, John Henry «Doc» Holliday. Se enfrentaron a cinco vaqueros: Billy Clairborne, los hermanos Frank y Tom McLaury, y Billy y Ike Clanton, este último el jefe de este grupo de forajidos. Ambos hermanos McLaury y Billy Clanton murieron. En las numerosas historias y películas que abordaron el suceso, a menudo parece que el enfrentamiento fue algo así como el final de la historia. En realidad, como ilustra el docudrama Wyatt Earp y la guerra de los cowboys, con seis episodios que se puede ver en Netflix, fue solo el principio.
Lo que sucedió después mezcla varias dimensiones, desde la política hasta la economía. Ambas cumplen un papel importante, porque Ike Clanton y sus vaqueros asaltaban diligencias, poniendo en riesgo la actividad de los mineros y hasta la paz en toda la región, en lo que fue un conflicto que escaló hasta ser denominado The Cowboy War.
La serie tiene el acierto de ir intercalando testimonios de historiadores especialistas en el tema, y también de detallar los juicios que tuvieron lugar, y que fueron uno de los elementos relevantes para explicar por qué Wyatt Earp no fue considerado en vida el ejemplar héroe que terminaría siendo más tarde, ni mucho menos.
Sin embargo, aunque denuncia correctamente la corrupción de la justicia y al sheriff de Tombstone, no da cuenta en profundidad del fondo institucional del tema. Como resumió el profesor Samuel Postell, de Clemson University, «Netflix prácticamente implora al espectador que respalde la causa de Wyatt. Sin embargo, no explica por qué debería hacerlo».
Los Earp y Holliday eran representantes de la ley, y acuden al O.K.Corral para hacer cumplir una ordenanza municipal contra las armas de fuego. Earp y Holliday estaban muy lejos de ser unos santos, pero encarnaban la ley y el orden, mientras que los Clanton encarnaban el mal, y lo hacían en un contexto donde unas precarias instituciones logran, con mucha dificultad, abrirse camino. Concluye Postell: «por eso defiendo la leyenda de Wyatt Earp: a pesar de sus defectos morales, estaba comprometido a prevalecer sobre el mal en el Oeste norteamericano».