Sin Perdón
El benefactor Aldama y sus patrocinados
«La realidad es que la agenda judicial es muy incómoda para el Gobierno»
La corrupción sistémica del PSOE siempre tiene tintes sórdidos, personajes pintorescos y los pícaros habituales a la vez que aparecen las bajas pasiones de toda la vida. Por supuesto, los protagonistas son hombres. Es interesante que los participantes en la corrupción, en su inmensa mayoría, sean del género masculino. Es extraño que participe alguna mujer. Es algo que afecta tanto a los corruptos como a los corruptores. Hay que recordar que numerosas mujeres ocupan puestos de responsabilidad tanto en la política como en las empresas. Es cierto que podría haber más, pero el número ha ido creciendo desde la Transición hasta nuestros días. Por tanto, no es la consecuencia de su presencia, que es importante, sino del comportamiento ético y las convicciones políticas. Por supuesto, la inmensa mayoría de los hombres ni son corruptos ni son corruptores. Es bueno aclararlo para que no se mal interprete la reflexión. No es ningún secreto que el exministro Ábalos tenía una intensa vida sentimental. Era algo sabido y visible. La cuestión es saber cómo conseguía financiarla con su sueldo. Es un misterio que me gustaría conocer.
No se ha desmentido que hubiera amor retribuido que tenía fecha de caducidad, ya que la pasión por la parte femenina finalizó con su salida del ministerio. Mientras tanto, el objeto de su deseo fue colocada en una empresa pública y vivía en un piso que pagaba la trama. No parece que esta generosidad fuera fruto solo de la desaforada amistad y admiración que le profesaban los pícaros amigos del estrafalario Koldo. Me cuesta creerlo. La estrategia de los afectados es desmentir a Aldama. La izquierda mediática lo considera un mentiroso y se encarga de ridiculizarlo como si fuera un fabulador. A pesar de ello, no son capaces de explicar el ritmo de vida de Ábalos, Koldo y el resto de los integrantes del clan. No pueden negar la existencia de Aldama, aunque les gustaría, porque las imágenes muestran una evidente proximidad y confianza con Ábalos y otros dirigentes socialistas. No se trata de un foto aislada o rumores sin fundamento. La defensa gubernamental es que el PP y Vox no hacen otra cosa que promover calumnias y difamaciones. En este caso no hablan de acoso judicial. La realidad es que la agenda judicial es muy incómoda para el Gobierno.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)