Vecinos en desacuerdo

Vecinos y comerciantes de la Plaza Mayor, esperaban que los actos programados por el Ayuntamiento para conmemorar el cuarto centenario de tan histórico recinto, fueran más imaginativos, que tuvieran un componente más cultural, reivindicativo y de promoción de este espacio monumental, y se han encontrado, como se temían, con la desagradable realidad de que el grueso de la programación se basa en centralizar todos los actos ordinarios festivos en este punto: San Isidro, Veranos de la Villa, Carnavales, Semana Santa...Se hacen coincidir todas estas celebraciones en la Plaza Mayor. Vecinos y comerciantes se quejaron en su día, de que los acontecimientos del calendario lúdico-festivo de Madrid, se llevaran a este punto, con las consabidas molestias para los residentes y los perjuicios para los establecimientos en general, que ocasionaban grandes concentraciones de público: ruido, suciedad e inseguridad. Parte de este problema se ha ido resolviendo en los últimos años, pero ahora, con motivo del IV centenario, lo que se hace es volver celebrarlos en lo que para ellos va a ser el «año loco» de la Plaza Mayor. No se han tenido en cuenta sus consideraciones y eso hace que la protesta se manifieste, como ya hicieron con el acto inaugural: la gran parrillada argentina de pollo.

Al mismo tiempo, echan de menos que la programación festiva no se acompañe de un plan para la dignificación social de la Plaza; es decir, que no se haya hablado si dentro del escenario de la conmemoración, se va a seguir permitiendo que los soportales sean un dormitorio al aire libre de indigentes; que la suciedad esté presente y la inseguridad continúe latente.

Se ha perdido una gran oportunidad para que, 400 años después de su construcción, la Plaza Mayor sea el espacio histórico de encuentro que fue, y todo porque la programación es bastante mediocre, escasamente imaginativa, y lo que hace, fundamentalmente, es concentrar y centralizar en el recinto todas las celebraciones tradicionales del calendario festivo madrileño.