Crisis del PSOE
Un exoplaneta para Pedro
En la almeriense Sierra de los Fabriles llevan años rastreando planetas fuera del Sistema Solar con la misma curiosidad con que lo hacen en la NASA, aunque la agencia norteamericana, sobra mencionarlo, se encuentre a años luz en mercadotecnia y visibilidad al del resto de centros de investigación del mundo. Por eso, el reciente descubrimiento del sistema solar Trappist, con hasta tres planetas con posibilidades de albergar vida, está levantando una polvareda mediática que en los demás lugares se queda en el mero polvo de un antiguo gabán. Este tipo de hallazgos científicos genera en el público una respuesta de lo más variada. Hay quienes piensan en los lagartos de ‘V’, por no mentar a ET; otros que fantasean con la posibilidad de encontrar fuentes de energía alternativas o hasta quienes especulan con la probabilidad de bacterias productoras de antibióticos infalibles. Y dos huevos duros, faltaría más. Los más eufóricos celebran la cercanía de la consecución de un anhelo humano: saber a qué planeta emigrar cuando a la Tierra le dé por vocear a los cuatro vientos el hasta aquí hemos llegado que Rajoy le espetó a Pedro Sánchez en el debate electoral. El otrora secretario general socialista, aficionado a las calas almerienses, continúa en su propósito de volver a liderar el PSOE orbitando las guarderías mentales del socialismo nacional. Por ahora, el duelo con su único rival, Patxi López, está derivando en proposiciones lingüísticas propia de las dicotomías de Saussure. Al «no es no» de Sánchez le respondió el antiguo lehendakari con un «sí es sí» para propiciar una dialéctica en toda regla. Pero Sánchez es poco de semánticas y más de poder; y ahí andará el hombre, por Almería, buscando un planeta lejano donde dejar de ser el hazmerreír.
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