¿Quo vadis Europa? (II)

La segunda semana de este mes europeo, ya que el 25 de marzo se celebra el sesenta aniversario de la firma del Tratado de Roma, nos ha traído la «novedad» de la «Europa de las Dos Velocidades». Y escribo novedad entre comillas porque se trata de una idea que es como el Guadiana, porque ha aparecido y desaparecido en varias ocasiones a lo largo de los últimos años, por lo que no se trata de algo nuevo. Siempre ha estado presente cada vez que un grupo de Estados miembros quería dar pasos adelante y otro bloque se mostraba reacio. Eso, por un lado, pero es que, por otro, la «Europa de las Dos Velocidades» ya existe. Ahí van dos ejemplos. El primero, de carácter económico, porque hay miembros que tienen como divisa el euro y otros que siguen con la libra y con sus respectivas monedas. Además, está el llamado Tratado de Schengen, con muchos de los Veintiocho dentro, pero con otros fuera. Y se trata de dos asuntos de gran importancia. Conclusión: lo de la «Europa de las Dos Velocidades» ya existe, tan solo se trataría de ampliar su ámbito. Y, mientras en el contexto comunitario pasan muchas cosas, con el Brexit como uno de los telones de fondo más importantes, en España el debate sobre estas cuestiones, de vital importancia para nuestro futuro, brilla por su ausencia. No hay más que coger el orden del día de las sesiones del Congreso de los Diputados para comprobar que el «quo vadis Europa» y, por lo tanto, el «quo vadis España», ni está ni se le espera. Supongo que en las próximas jornadas el presidente del Gobierno informará de lo sucedido en la última Cumbre Europea y de la Declaración que se pretende aprobar en Roma el 25 de marzo. Mientras tanto, ni el Grupo Popular, ni el Socialista, ni el de Podemos, ni el de Ciudadanos han dicho esta boca es mía. ¿Se habrán enterado de que somos miembros de la UE?