Sinceramente creo que estábamos mal acostumbrados. Hasta hace poco todo se remontaba, pero hay que reconocer que algo ha cambiado en los últimos partidos y podríamos dar una larga lista de razones para este cambio que ha sufrido el Barcelona. Empezaría diciendo que estamos físicamente más bajos; ante el Milan y el Real Madrid ha quedado claro. La falta del entrenador titular, Tito Vilanova, se nota, a pesar del encomiable esfuerzo que está realizando Jordi Rou-ra, al que lo único que le recriminaría es el inmovilismo y la lentitud en hacer cambios cuando más los necesita el equipo.

Otro tema claro es que el Barça tiene «Messidependencia». Si Leo no tiene el día, a sufrir. Y algo de lo que no me gusta escribir, pero que es una realidad, son los árbitros y los penaltis no pitados. Los tres últimos, de libro: el de Milán, el de la Copa y el del sábado en el Bernabéu. Este último habría representado el empate y mantener los 16 puntos de ventaja. El de Milán, posiblemente, la clasificación. Y ahora, a sufrir. Y el del empate de Copa cambiaba totalmente el escenario. Siguiendo con la Liga, cuando, a pesar de todo esto, le llevamos al Real Madrid 13 puntos, que todo el mundo habría firmado al inicio de la temporada, no debemos autoflagelarnos. Demos confianza al equipo, que se la merece.

Y acabo diciendo que lo que hizo Víctor Valdés es inadmisible. Por responsabilidad, no puede inmolarse de esa manera una vez había acabado el partido, discutiendo un penalti a Pérez Lasa cuando es el que está más lejos para certificarlo. Sin él, más presión para el equipo.