Angel del Río
Aumentar la prevención
En este agosto la página de los sucesos compite con la de política, y en Madrid ha podido tener tintes de tragedia en dos accidentes, donde milagrosamente el desplome de dos edificios se ha saldado sin víctimas, sin heridos, sólo con pérdidas materiales y el sufrimiento de decenas de familias que se han visto en la calle, sin sus recuerdos. Primero fue en Carabanchel y ahora en Tetuán. De una punta a otra de la ciudad, como un relámpago inquietante, la tragedia ha rondado dos barrios humildes. Se conocen las causas del hundimiento del primero, y conoceremos las del último edificio caído. La coincidencia en el tiempo de estos sucesos ha creado una alarma generalizada, y da pie a una pregunta: ¿cómo puede suceder esto en edificios que han pasado la revisión técnica, la ITE, que es lo que ha ocurrido en ambos casos? Y como consecuencia de esta interrogación, surgen otras: cuándo se otorgan licencias de obras de reforma, ¿se analiza la situación estructural del inmueble, y también la de los colindantes? ¿Es suficiente con pasar las inspecciones en casas que tienen cierta antigüedad, o debería haber otro tipo de control, más allá de esos protocolos rutinarios? No tengo la respuesta, pero sí pido al Ayuntamiento, a partir de estos casos, que tome medidas de prevención; calcular el riesgo técnico de algunos inmuebles, susceptibles de poder llegar a este nivel de deterioro, incluso hacer llegar a los vecinos una de guía de síntomas, que les permita poner conocimiento de de las autoridades, cualquier incidencia que pueda ser sospechosa de deterioro estructural. En los dos casos que nos ocupan, los vecinos estuvieron rápidos, lo cual evitó que ocurrieran sendas tragedias. La evacuación a tiempo ha evitado desgracias personales, pero no se puede tentar a la suerte y los expertos deberán estudiar medidas preventivas eficaces, empezando por revisar los protocolos de la Inspección Técnica de Edificios.
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