El trípode
Clases de Guerrilla Urbana en Granollers
Lo sucedido en el Marco de la Fiesta Mayor de de Granollers supera todo lo imaginable y solo comparable a algunas prácticas de la banda terrorista ETA en los años «de plomo».
Si creíamos haber visto todas las barbaridades y desmanes posibles vinculados con el incivismo y la violencia urbana, sin duda estábamos equivocados. Lo sucedido en el Marco de la Fiesta Mayor de de Granollers supera todo lo imaginable y solo comparable a algunas prácticas de la banda terrorista ETA en los años «de plomo», donde sus trágicos atentados eran moneda sangrienta corriente. Granollers es capital de la comarca barcelonesa del Vallés Oriental, con una población superior a los 63 mil habitantes, y tiene el «privilegio» de tener alcalde socialista del PSC ininterrumpidamente desde las primeras elecciones municipales de 1979. Sin duda, Salvador Illa primer secretario del PSC y presidente de la Generalitat tendrá algo que decir –y hacer– al respecto. De momento ha nombrado «para pasar página» del procés a quien tenía la máxima responsabilidad sobre los Mossos cuando el referéndum del 1-O de 2017 y que fue cesado en aplicación del art. 155 de la Constitución. En el programa para esas fiestas, publicado en la web oficial del Ayuntamiento, se incluía para el martes 27 (anteayer), de 19:30 a 20:30h, lo siguiente: «Descripción: introducción a las principales tareas técnico-tácticas, para una estrategia subversiva». «Detalles del acto: Práctica: Técnicas aplicadas de Guerrilla Urbana». En efecto, hay videos donde se ven a niños lanzando objetos que simulan ser cócteles Molotov –y que en el programa se explica lo que son y la manera más eficaz de utilizarlos para hacer el mayor daño–, y que lanzan a muñecos uniformados que simulan ser policías. Otra práctica realizada consiste en lanzar contenedores –auténticos– contra vehículos policiales simulados, etc. En la Fiesta Mayor son los «Blaus» (los Azules) quienes desarrollan ese curso que programa la «Universidad Popular de los Azules», auto denominada la «Escuela de la calle», y anuncian que los alumnos deben matricularse en los actos participativos «para no perderse ninguna clase». En tenderetes de la Oficina de Turismo de Granollers, pueden inscribirse para adquirir la preparación necesaria para ser unos buenos guerrilleros urbanos y agentes subversivos. Vista la reacción provocada, los Blaus han publicado en X que «lamentan la interpretación dada a su curso», sin asumir responsabilidad alguna. En cuanto al Ayuntamiento socialista, afirma que desconocía ese espectáculo publicitado en su página oficial. Esperemos que la Fiscalía de menores (acompañados o no...) intervenga con la urgencia que el caso exige. Es un delito de corrupción de menores sin precedentes, enseñándoles e incitándoles a delinquir. Además de la responsabilidad política –y penal– que proceda del Ayuntamiento y sus «Blaus».
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