Parresía
La bomba de Aldama
Si lo que ha contado es cierto, ¿en qué lugar quedan nuestros gobernantes? En las próxima horas y días asistiremos a este nuevo serial, de consecuencias impredecibles
Creía que ya, con la edad que tengo, poquitos escándalos políticos iban a dejarme ojiplática. ¡Error! La realidad semanal de este país supera ampliamente la trama de cualquier superproducción cinematográfica. Por desgracia, están los periódicos y los informativos muchísimo más interesantes –por sus noticias oscuras– que cualquier oferta de la parrilla televisiva. Vivimos en la era de la polarización ideológica y de los continuos sobresaltos.
El último de ellos no se llama caso Koldo, se llama ya, directamente, «caso Sánchez», según palabras de Feijóo al conocer la declaración voluntaria de Víctor de Aldama. Se llama también «pacto» clarísimo –entre el abogado defensor de Víctor de Aldama y la Fiscalía Anticorrupción– para que este personaje –una especie de mediador/conseguidor a base de tirar de la billetera– consiga salir a la calle, tan ricamente.
Ojo, porque Aldama no es un pobre inocente: Está imputado en una larga lista de tramas de corrupción y ha estado amenazando con tirar de la manta, apuntando directamente a Pedro Sánchez y a su entorno.
¿Qué ha conseguido? Lo que buscaba, sin duda. Para empezar, golpea seriamente la ya dañada credibilidad del Gobierno, a pesar de la ovación que se llevaba ayer de los suyos Pedro Sánchez, en el hemiciclo.
Aldama deja al presidente como un mentiroso, asegurando que fue Sánchez quien quiso conocerle a él –y no al contrario–, o que la famosa visita de Delcy Rodríguez a España se planeó en La Moncloa un mes antes, o que algunos de los altos cargos y ministros… ¡cobraban mordidas! No solo Ábalos y su ex asesor, Koldo.
Consigue también Aldama que estos dos últimos personajes se vean más acorralados que nunca y, sobre todo, que la Fiscalía Anticorrupción considere que su exposición tan medida ante el juez Ismael Moreno ha sido «sincera» y, por tanto, seguirá colaborando con los jueces y merece la libertad, ¡Toma ya! La Fiscalía cumple, y Aldama dormirá ya en su casa (otros, en situaciones similares, como Luis Bárcenas, vivieron tres años en preventiva).
Ha conseguido mucho, muchísimo más Víctor de Aldama. Su declaración –tan sincera, según el juez– ha impactado como una bomba de racimo a muchos niveles en el PSOE, en este Ejecutivo. Si lo que ha contado es cierto, ¿en qué lugar quedan nuestros gobernantes? En las próxima horas y días asistiremos a este nuevo serial, de consecuencias impredecibles. Volveremos a llevarnos las manos a la cabeza, no os quepa duda, mientras todavía estamos todos pendientes, a diario, del drama en Valencia tras la dana devastadora, y ha quedado clarísima la deficiente gestión de las autoridades regionales y nacionales. Y cuando los rusos –avistando ya a Trump en el horizonte– amenazan a Ucrania con su arsenal nuclear y los países nórdicos europeos, por si las moscas, se preparan para la guerra. Menudo 2024.