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El trípode del viernes

Aldama «tira de la manta»: la trama Sánchez

El deterioro en que se encuentra la política en España lo refleja también el jefe de ese «ejemplar» socialista, quien fuera la mano derecha de Sánchez para ganar las primarias, y que defendió su moción de censura

De «militante socialista ejemplar», calificó Sánchez a Koldo, a quien –como prueba de la confianza que tenía depositada en él– encargó la custodia de los avales que obtuvo de la militancia socialista para las elecciones primarias. Que fueron las elecciones en las que consiguió recuperar la secretaría general del PSOE, para desde Ferraz ir a La Moncloa a colocar un monstruo Frankenstein para «gobernar» a los españoles. Ayer, con el Pleno del Congreso pendiente de que Podemos aceptara el plan fiscal del Gobierno –lo que es toda una garantía para poder confiar en su solidez y rigor, tanto por parte de los contribuyentes como de los inversores y empresarios en general– saltaba la noticia de la declaración ante el Juez de quien la UCO de la Guardia Civil considera el nexo vertebrador de la conocida como trama de corrupción del «caso Koldo». El deterioro en que se encuentra la política en España lo refleja también el jefe de ese «ejemplar» socialista, quien fuera la mano derecha de Sánchez para ganar las primarias, y que defendió su moción de censura (contra la corrupción del PP) desde la tribuna del Congreso y que son hoy el centro de un escandaloso caso de corrupción política y económica. Si a ello sumamos los casos que afectan a su íntimo círculo familiar e incluso al mismo Fiscal General del Estado, el balance resulta desolador para España. Los corifeos del sanchismo ya han salido en tromba a recitar el guion redactado para la ocasión y solo resta confiar en que la investigación judicial aclare y separe lo que es verdad de lo que no lo es. En cuanto a Sánchez, su palabra tiene un valor descriptible y suficientemente conocido, por lo que podría ahorrarse sus declaraciones exculpatorias. Su última línea roja atravesada ha sido la de pactar con la «ultraderecha» de Meloni y Orban en Europa para que su protegida Ribera sea elegida para la Comisión de Von der Leyen. Es interminable la lista de tuits que recogen su firme compromiso de «no pactar con la ultraderecha ni en España ni en Europa», que culminan con Ribera de cabeza de lista al PE el pasado 9J, y causan vergüenza ajena al repasarlos ahora. Erigía a su PSOE y a su persona como garantía para cerrarles el paso. En todo caso, seguro que esos Comisarios europeos «ultraderechistas», gestionarán mejor nuestros intereses que Ribera. A partir de ahora, Vox dejará de ser la «ultraderecha reaccionaria y xenófoba» y ya podrá pactar con ellos si le conviene. Y si Vox se lo permite, claro. Que no lo parece, afortunadamente.