V de Viernes

Años sin hacer obras hidráulicas

Los gobernantes de la democracia le han tomado aversión a levantar infraestructuras que son fundamentales en un país como España

La destrucción y el caos generados por las riadas, gotas frías y Danas que azotan España no solo es culpa, en realidad, del altísimo índice pluviométrico que estas “bombas de lluvia” desencadenan, sino también de la mala planificación hidráulica, la falta de infraestructuras, la poca educación al respecto, las construcciones mal hechas en zonas inundables y la ineficiente gestión de los protocolos de alertas, como hemos visto en el caso de la tragedia valenciana. Razones más que sobradas para tomar decisiones desde ya, que puedan mitigar el impacto de estas lluvias violentas que no son inusuales en España, por desgracia. Riadas con centenares de muertos en el Levante se han padecido en diferentes ocasiones. Para impedir que el agua caiga en tropel por los barrancos, desbordando cuanto encuentran a su paso, dicen los técnicos que es necesario reforzar las partes altas de las cuencas con micropresas que contengan parte del caudal caído e impidan que el agua baje arrasadora sin posibilidad de contención alguna. Se trata de hacer una gestión adecuada de los ríos antes de que lleguen a los entornos urbanos y buscar soluciones basadas en la naturaleza, como lagunas temporales, parques fluviales inundables y todo tipo de drenajes en zonas urbanizadas. El problema es que las obras hidráulicas visten poco desde el punto de vista electoral, y los gobernantes locales no tienen tanto interés en ellas como en otras infraestructuras de mayor visibilidad aparente, que les reportarán más votos. Pero son fundamentales, y habría que obligarles a que las realicen. A los gobernantes locales y a los regionales o del gobierno de la nación. Llevan años sin levantar un embalse en nuestro país. Parece como si les hubieran tomado aversión por el hecho de que Franco las hiciera con frecuencia. Una presa gigante bien hecha en el lugar adecuado, no solo recoge el agua caída del cielo desproporcionadamente, sino que la desembalsa sostenidamente. Levantar ciudades a base de cemento, sin más, es también una agresión que se acaba pagando. Es fundamental aumentar las áreas verdes, e invertir en tecnologías más ecológicas, como lo son los sistemas de pavimentación que absorben agua. Existen y son muy eficaces. Concretos permeables con gran capacidad de tragar líquido, que pueden ser usados en estacionamientos, calzadas, patios de empresas, ciclovías, plazas y calles en general. En pruebas realizadas en diferentes países, estos cementos porosos pueden llegar a deglutir hasta el cincuenta por ciento del agua que se deposita sobre ellos. Eso y las debidas canalizaciones, con estudios rigurosos y sin ahorrar en medios.

En las áreas de riesgo hay que impedir a toda costa que se construya nada nuevo. Zonas inundables, vaguadas, ramblas, riberas de los cauces, etcétera. Decimos esto siempre pero a la hora de la verdad los ayuntamientos siguen aprobando planes urbanísticos que superan estas previsiones, con frecuencia argumentando que se hicieron las canalizaciones adecuadas. El problema es que luego esas canalizaciones se quedan pequeñas u obsoletas, no ajustadas a casos de avenidas brutales como las de esta terrible y trágica gota fría en el sur de Valencia.