Vida cotidiana
Orden y concierto
Vivir implica moverse a veces sin orden ni concierto, es parte del aprendizaje
Frente a la frustración de no poder llegar a todo, la mismísima gurú de la limpieza y el orden ha tirado la toalla y admite que con tres hijos ya no hay orden posible.
Mary Kondo ha hecho esta semana unas declaraciones que dejan tranquilo a más de uno. No es más que sentido común, pero a veces es éste el menos común de los sentidos.
En la línea de lo que lleva muchos años reivindicando «el club de las malasmadres», la famosa japonesa cuya filosofía del orden afirma que la magia de tener todo organizado atrae grandes tesoros como suerte, amor y éxito, reivindica que no seamos tan inclementes con nuestra parte caótica e imperfecta. Que dejemos de sentir ese perfeccionismo insano y que cambiemos la frustración tremenda que provoca perseguir un imposible, por la aceptación y la permisividad.
Por fin toca relajarnos y saber que más que la casa perfecta, la familia perfecta y la vida perfecta, aceptar el caos en el que a veces se convierte tu hogar o tu existencia, ayuda a cambiar el foco y pasar de la preocupación a la ocupación.
Algunos de los consejos del método KonMari:
- Ordena por categoría, no por localización.
- No guardes nada que no te dé alegría.
- Lo que no necesitas tú, tampoco lo necesita nadie de tu familia.
- Despídete de cada pieza que tires con gratitud por su servicio dado.
- Ordena bien una vez y siempre permanecerá ordenado.
- Las maratones de orden tienen efecto rebote. Créate un hábito diario.
- Empieza por las cosas más fáciles.
- Aprende a doblar bien la ropa y ahorrarás espacio.
- No compres más cajas ni materiales de almacenaje pequeño.
Sin embargo, ¡hasta para Mary Kondo tener la casa organizada ha dejado de ser una prioridad!
Simplemente vivir implica moverse a veces sin orden ni concierto, es parte del aprendizaje, pero que no cunda el pánico, todo acaba encajando dando los pasos que la propia vida indica.
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