Movilidad

Nueva guerra entre Gobierno y Cibeles, ahora por el soterramiento: «Las obras no se aplazan»

El Ministerio de Transportes también había pedido que el Ayuntamiento cofinanciara la gratuidad de la R-5 durante las obras

Almeida y Carabante, durante una visitas a las obras en la A-5, a su paso por el Paseo de Extremadura
Almeida y Carabante, durante una visitas a las obras en la A-5, a su paso por el Paseo de ExtremaduraAyuntamiento de Madrid

Ocurrió con la celebración del Mad Cool, ocurrió con la ubicación del cantón de Montecarmelo y ocurrirá con el mayor proyecto de José Luis Martínez-Almeida desde que llegó a Cibeles en 2019: el soterramiento de la A-5 a su paso por el Paseo de Extremadura. El Gobierno central, y más concretamente el Ministerio de Transportes que preside Óscar Puente, vuelve a abrir una brecha con Cibeles, poniendo en duda la viabilidad de los planes municipales. Precisamente, este pasado lunes, se producían las primeras afecciones al tráfico, con la ocupación de 300 metros del carril derecho de la calzada norte a la altura de Batán. En total, serán dos años de trabajos, culminando en noviembre de 2026. Sin embargo, en la reunión que se celebró ayer por la tarde a tres bandas entre Transportes y Movilidad Sostenible, el Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, el Gobierno acudió con dos objeciones: solicitar al Consistorio que retrasen las obras hasta marzo y que la gratuidad de la R-5 –autopista radial, ahora de paso obligado debido a los desvíos provocados por las obras– sea cofinanciado con el Ayuntamiento.

Antes de la reunión –17:00 horas–, el Ministerio de Transportes filtró estas peticiones a las agencias. En lo que respecta al plan de movilidad, consideran que el presentado por Cibeles a principios de octubre es insuficiente: un refuerzo del 7,3 % de las líneas de la EMT afectadas, mientras que las líneas de Metro se verían también reforzadas con un 9 %.

Desde el Ministerio consideran que es necesario un incremento de los autobuses interurbanos y que no acaben en Cuatro Vientos –es decir, antes de llegar a Madrid–. «Todos los modos deben contribuir a un servicio óptimo y no es posible derivar la demanda de interurbanos a Cercanías como se pretende. No es coherente exigir un refuerzo de Cercanías al tiempo que se recorta servicio de otros modos de transporte público que deben contribuir a la solución», apuntaron.

Al hilo de esto último, hay que recordar que el Ayuntamiento, en la presentación de su plan, solicitó al Gobierno central un refuerzo de la línea C-5 de Cercanías. La intención del Ejecutivo de Sánchez es, como avanzaron ayer, incrementar el servicio entre un 25 % y un 40 por ciento, especialmente en hora punta, según afirmaron desde el Ministerio a Efe. Sin embargo, también aducen que el plan de obras del Gobierno para la renovación integral de la C-5 fue «modificado» para que no coincidiera con las obras de la A-5. Para lograr ese refuerzo, su intención es adecuar la estación de Atocha, disponiendo de una «vía auxiliar» que permita a algunos trenes de refuerzo realizar el trayecto Móstoles-Atocha. De ahí que, ahora, pidan ese retraso en las obras del soterramiento.

Frente a eso, la propuesta del Gobierno es que se mantengan tres carriles de entrada, destinando uno a mantener el carril bus actual que el Ayuntamiento quiere desmontar, dejando uno de salida. «El Ministerio reafirma su compromiso de disponer un carril bus en el tramo de la A-5 de su titularidad, siempre y cuando tenga continuidad a Madrid, pues de otra manera carecería de sentido», afirman.

En lo que respecta a la cofinanciación de la gratuidad de la R-5, en el Ministerio estiman que «no sería coherente que se ponga el foco en esta actuación» y, a su vez, «no se quiera apostar por ella con un esfuerzo compartido». De este modo, tienen su «compromiso de hacerlo posible» siempre que el «promotor de las obras, el Ayuntamiento de Madrid asegure la financiación».

Con estas dos premisas, y con el Ayuntamiento de Madrid rechazando ambas de entrada, la reunión estaba abocada al fracaso. Al término de la misma, el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante quiso poner de manifiesto la «deslealtad institucional» del Ministerio de Transportes por estas «filtraciones previas». En resumen, una reunión «decepcionante», en la que el concejal fue tajante: los trabajos no se van a retrasar.

Carabante considera que el Ministerio «no ha sido capaz» de explica qué obras tiene que realizar para que el Ayuntamiento retrase las suyas. «Los datos que nos han aportado dicen que tienen capacidad para 47.700 plazas adicionales sin ejecutar la obra. Hay capacidad suficiente para poder empezar ya la obra del soterramiento de la A-5 con los desvíos de tráfico», explicó Carabante.

Los argumentos del Gobierno, que acudió con representantes de la Secretaría de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, fueron tachados por el edil como «excusas de mal pagador». En su opinión, pretende «pegar un palo a los ayuntamientos con la radial 5». «queremos que a Madrid se le trate igual que al resto, igual que a los municipios de la provincia de Alicante, donde la AP-7 es gratuita y la paga íntegramente el Ministerio», recordó Carabante. De hecho, el resto de los alcaldes, salvo la alcaldesa de Alcorcón, del PSOE, solicitan esa gratuidad.

De este modo, desde Cibeles aseguran que la obra del soterramiento de la A-5 «no se va a retrasar»: no hay ningún motivo para ello y hay consenso entre «todos los operadores y administraciones de que hay capacidad de refuerzo».

Por último, Cibeles se mantiene en su postura de que el refuerzo de Cercanías debe de ser «inmediato». «Lo sorprendente es que, a unas semanas de comenzar, el Ministerio de Transportes se descuelgue con que ahora hay que hacer una obra. Genera mucha desconfianza.