
Covid
«La “generación covid” ha recuperado ya todos los conocimientos»
Cinco años después del cierre de colegios en Madrid por el covid, los docentes creen que la educación se ha recompuesto

El mundo se detuvo hace hoy cinco años para César Naranjo, el director del Instituto de Enseñanza Secundaria Avenida de los Toreros, cuando supo que la Comunidad de Madrid iba a ser la primera de España en suspender las clases en los colegios debido al COVID-19. Su centro celebraba el día de puertas abiertas y los padres que habían acudido salieron ya comentando la situación con preocupación. Al día siguiente, Naranjo recibió una llamada de la Dirección de Área de la Consejería de Educación informando de que todos debían abandonar el centro. Primero se pensó que se trataba de una situación provisional durante 15 días; después, se amplió unos meses más, hasta el mes de mayo, un tiempo en el que la pandemia puso a prueba el sistema educativo hasta convertirse en el mayor desafío al que se ha enfrentado la educación en España en los últimos años. La decisión de cerrar colegios, institutos y universidades lo cambió todo en un momento de incertidumbre, pero también de esfuerzo y superación como no se había visto antes en tan poco margen de tiempo.
«No me creo aún que hayan pasado cinco años. Rememorando lo que pasamos aún me emociono, porque lo hicimos lo mejor que pudimos», recuerda Naranjo.
El desconcierto era total. «No teníamos nada preparado: ni aulas virtuales, ni estábamos acostumbrados a las videoconferencias. De la noche a la mañana, tuvimos que aprender a enseñar de otra manera», explica el director. Sin embargo, el claustro reaccionó rápidamente: «Nos pusimos las pilas y reinventamos nuestra profesión. Nadie se quedó atrás. La Comunidad de Madrid nos facilitó herramientas digitales y formación, y nosotros nos volcamos con nuestros alumnos».
Naranjo relata que, desde el primer momento, la prioridad fue garantizar que los estudiantes continuaran con su educación. «La Comunidad de Madrid tenía la plataforma EducaMadrid, pero no todos los centros la habíamos explotado al máximo. Fue una carrera contrarreloj para sacarle todo el partido», explica. En pocas semanas, los profesores lograron implementar clases online, materiales digitales y nuevos sistemas de evaluación. «El salto cualitativo de los profesores en capacitación digital fue enorme. Hoy es impensable no saber usar formularios online o aulas virtuales en nuestro desarrollo profesional».
El esfuerzo fue conjunto: «La Consejería de Educación amplió la capacidad de los servidores, nos proporcionaron ordenadores y conexión a internet para los alumnos que lo necesitaban. Fue un gran esfuerzo de todos».
Por otra parte, la relación con las familias también fue clave. «Hablábamos muchísimo con los padres. Ellos también vivían una situación dramática porque muchos habían perdido sus empleos o tenían enfermos en casa. Nos volcamos en apoyarles».
Cuando los estudiantes volvieron al centro, se encontraron con una organización distinta. «Se nombró un coordinador Covid para gestionar los contagios pero, por suerte, nunca tuvimos un brote grande que obligara al confinamiento de aulas. Manteníamos la ventilación, pese al frío, hacíamos controles de temperatura a los alumnos a la hora de entrar al centro y contábamos con horarios escalonados... La organización fue un desafío».
Durante meses, la semipresencialidad fue la norma y eso llevó a cuestionar cómo afectaba al rendimiento académico la educación online o la semipresencialidad a la que obligaba la situación. Muchos estudiantes pudieron verse afectados por una disminución en su rendimiento académico debido a la interrupción de las clases presenciales, pero «nos aseguramos de que no se perdieran los contenidos esenciales y lo que no se pudo impartir a los alumnos, se recuperó en cursos posteriores».
Y matiza: «No regalamos las notas. Los chavales trabajaron y nosotros ideamos nuevos sistemas de evaluar, sacamos lo mejor que tenemos como profesores».
El director del centro educativo madrileño asegura que en todo momento se tuvo presente el efecto que podía causar la pandemia en la llamada “generación covid”, sabiendo que muchos podían quedar rezagados en algunos aspectos fundamentales. «No se trataba solo de contenidos perdidos, sino de hábitos de estudio alterados y una falta de interacción en el aula que pudiera afectar a su aprendizaje. Por eso, nos enfocamos en garantizar que, en los cursos siguientes, los alumnos pudieran reforzar los conocimientos esenciales», explica Naranjo.
Para ello, se implementaron planes de refuerzo, acompañamiento y metodologías adaptadas. «Se flexibilizaron los criterios de evaluación, pero con un compromiso claro: lo que no se pudo aprender entonces, se integraría en los siguientes cursos. Fue un proceso de recuperación progresivo, pero necesario para evitar que estos alumnos quedaran en desventaja frente a generaciones anteriores».
El informe Pisa de 2022 dio fe de un hecho común a todos los países: los alumnos con peores notas o menos estudiosos sufrieron una caída en el rendimiento significativamente mayor que el resto, aunque en España ha sido mejor. Y eso tuvo que ver con la decisión de reabrir los centros educativos muy pronto después del covid y el buen trabajo de los docentes. De hecho, se constató una correlación positiva entre la puntuación en matemáticas y la reapertura temprana de los colegios.
Pero si bien la actitud de los alumnos en relación con el aprendizaje durante este tiempo fue positiva, la falta de interacción presencial con el profesorado sí que se vio que influyó en buena medida en que los estudiantes no sintieran la motivación suficiente por el aprendizaje. Y en este punto, uno de los mayores retos fue la
salud mental. «Muchos alumnos volvieron con ansiedad, inseguridad o problemas familiares agravados por el confinamiento. Creamos el Comité de Salud Adolescente para que psicólogos y sanitarios vinieran al instituto. Fue un acierto. Los chicos necesitaban apoyo y lo encontraron».
Cinco años después, César Naranjo lo tiene claro: «No hay brechas de aprendizaje. La generación Covid ha recuperado todos los conocimientos. Los niveles de aprobados son los mismos que antes de la pandemia. La educación dio una lección a la sociedad: ante la adversidad, nos unimos para salir adelante». Cinco años después, la educación se ha logrado recomponer.
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