Gastronomía
Estos son los huevos más buscados de Madrid
Celebramos el Día de Internacional de la Tortilla con el madrileño. Jorge Camacho enseña a LA RAZÓN que conseguir la mejor tortilla depende de una buena base: los huevos. Cobardes y Gallinas devuelven el sabor de siempre
Hoy celebramos una seña de nuestra identidad. Los más puristas sin cebolla, la gran mayoría con, y de ahí cabe todo, rellena y buena con lo que le pongas. Hablamos del Día Internacional de la Tortilla de Patatas. Sin embargo, hoy nos aventuramos en lo más básico para su preparación pero que marca la diferencia en el resultado: los huevos. ¿Y quiénes pueden, a día de hoy, hablar del sabor de los huevos de antes, los de «toda la vida» –que dirían nuestras abuelas–?
Conocemos a Jorge Camacho, dispone de los huevos más cotizados de la capital y su alta demanda hace que siempre tengan una larga lista de espera. Cuando pruebas los huevos de Cobardes y Gallinas, estos se convierten en el mejor capricho para los amantes del más básico manjar presente en todas –o casi todas– las casas. Hervido, a la plancha, frito, poché, en tortilla o revuelto… un producto lleno de posibilidades y que cuando es bueno, se nota. Que se lo digan a Camacho; quién le iba a decir que sus gallinas lo llevarían al menú de los restaurantes más reconocidos. Diverxo, Ugo Chan, El Invernadero o los 33. También en los de Rafa Zafra, Rural y Estimar; en la panadería Panem, o en las míticas tartas de queso de Alex Cordobés.
Los inicios se retrotraen a 2016, cuando se unió al proyecto de Curro Ulzurrun. Pero no fue hasta 2020 cuando Cobardes y Gallinas se convirtió en una empresa real y rentable. Camacho se dedicaba a la informática, concretamente al diseño de la experiencia de usuario. Y de ahí, quizá por su carácter emprendedor, pasó a alquilar una casa de campo en Las Rozas y comprar dos gallinas. Juntos, Curro y él, hicieron de esta marca un sello de calidad y una apuesta por lo natural. «De dos gallinas, acabamos con 40 y nos salían por las orejas. Los huevos los dábamos a familias y amigos y la gente nos felicitaba porque estaban muy buenos. Era la primera vez que la gente me quería comprar algo sin yo querer venderlo», cuenta Jorge. El objetivo estaba claro: huevos que sepan a huevos, como los de antes. Y entre risas, Jorge explica que no busca gallinas felices, que eso no lo puede saber, pero, en cambio, «sí busco gallinas libres que se alimenten de comida natural».
Desde septiembre, la empresa la lidera solamente Jorge, aunque como él dice: «el resultado es el fruto del trabajo del equipo. Contamos con 7 granjas, 15 personas trabajando desde dentro y 10 repartidores». El procedimiento es lento, pero así lo quieren: despacio y con buena letra.
Las redes supusieron su vía de darse a conocer y por lo que algunos reconocidos del sector de la gastronomía decidieron dar una oportunidad a este concepto. De la hostelería llegaron sus primeros clientes: La Tasquita de Enfrente, Bistronomika o Toque creyeron en el producto. Después lanzaron el servicio a particulares. Ahora la gente paga una cuota mensual en función de la cantidad y, además, ofrecen pan de masa madre y AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra) de Montilla. Si esta no es la combinación óptima, resulta difícil imaginar una mejor. También están en venta en supermercados El Corte Inglés y Sánchez Romero.
Los requisitos para el éxito pasaron por gallinas libres, que coman verde y bichos. Y que sean jóvenes, pues el huevo cuanto más pequeño, mejor.
Y luego, llegaron los «friquismos» tras muchas lecturas e investigaciones de suplementos naturales para obtener el mejor resultado. Con el fin de producir su propio pienso han pasado por numerosos procesos de prueba y error. Han trabajado con higos secos, pimentón de la Vera o incluso bellotas. Su receta tiene cinco formulaciones en función de la gallina y de la época del año, pero el pienso propio (no lo comercializan) está hecho con semillas de lino extrusionadas, alfalfa, avena, maíz, trigo… «muchas cosas que no se encuentran ni en piensos ecológicos».
Cobardes y Gallinas ofrecen su propio preparado, para que solamente se tenga que saltear, calentar y disfrutar: «Vendemos una caja con patatas cocinadas en AOVE, cebolla por separado y huevos. Para cuatro personas aproximadamente. No sabe a precocinado, y eso lo conseguimos gracias a una máquina de presión hiperbárica. Con ello esterilizamos los huevos para dos meses hasta su caducidad sin meter ningún aditivo ni afectar al sabor». Y ojo, que hasta la sal está pensada, no es otra que de Añana.
✕
Accede a tu cuenta para comentar