Angélica de la Riva deslumbra en el Ateneo de Madrid con “I Love Puccini”

La velada de San Valentín en el Ateneo de Madrid fue un auténtico regalo para los amantes de la ópera. La soprano Angélica de la Riva ofreció un concierto excepcional con I Love Puccini, un homenaje al legendario compositor italiano Giacomo Puccini, que dejó al público embelesado con su excelencia vocal y su imponente presencia escénica.

Desde los primeros compases de la noche, De la Riva conquistó a la audiencia con una selección exquisita de piezas menos conocidas del repertorio pucciniano. Obras como Avanti Urania, Ad una morta o Mentia l’avviso brillaron con una sensibilidad única en su interpretación. Uno de los momentos más emotivos fue la interpretación de Sole e amor, una joya musical que luego daría vida a La Bohème.

En la segunda parte del recital, la soprano elevó aún más la emoción con una selección de arias y duetos de amor de algunas de las óperas más icónicas de Puccini, transportando a los asistentes a la pasión de La Bohème, el drama de Manon Lescaut, la intensidad de Tosca y la melancolía de Madama Butterfly. Acompañada por el talentoso tenor Miguel Borrallo y el maestro Sergio Kuhlmann al piano, la velada fue un despliegue de talento y emoción que arrancó ovaciones en cada número.

De la Riva, cuya carrera la ha llevado a escenarios como el Carnegie Hall y el Lincoln Center de Nueva York, demostró una vez más por qué es una de las grandes voces del panorama operístico actual. Su capacidad para transitar entre el repertorio clásico y contemporáneo, su magnetismo escénico y su expresividad vocal hicieron de I Love Puccini una noche inolvidable.

El evento, patrocinado por Love Spirit, Sture Vodka y Mon Chéri (Grupo Ferrero), culminó con un exclusivo cóctel en el que los asistentes pudieron brindar con un drink especialmente diseñado para la ocasión, cerrando así una celebración perfecta del amor a través de la música.

Con un aforo completo y un público rendido ante su arte, Angélica de la Riva reafirmó que su voz no solo interpreta, sino que emociona y trasciende. I Love Puccini fue una experiencia sublime que convirtió la noche madrileña en una oda a la pasión y la belleza del bel canto.