Madrid
¿Por qué el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial tiene forma de parrilla?
Felipe II, como monarca del imperio español, mandó construir este edificio en Madrid, después de trasladar la Corte Real y convertir a la ciudad en capital
Corría la segunda mitad del siglo XVI. Toledo era capital del territorio que hoy en día se conoce como España por segunda vez en su historia, después de que lo fuera en la Hispania visigoda. La capitalidad para esta ciudad fue una decisión de Carlos I, hasta que su hijo, Felipe II, decidió trasladar la Corte Real unos kilómetros más al norte, con destino a Madrid.
Según los historiadores, el monarca de la casa de los Austria tomó esa decisión porque su mujer, la Reina Isabel de Valois, se sentía agobiada en la ciudad de las tres culturas, así como su hartazgo del clima y las murallas que protegen Toledo.
Así, una vez que Madrid se convirtió en la capital de España y de todo un imperio, Felipe II encomendó a los monjes jerónimos la construcción del Monasterio de El Escorial, bajo el diseño de Juan Bautista de Toledo, quien había sido ayudante de Miguel Ángel en la basílica de San Pedro del Vaticano.
Además de este, en su construcción, desde que se colocara la primera piedra en 1562, intervinieron en las obras Juan de Herrera, Juan de Minjares, Giovanni Battista Castello El Bergamasco y Francisco de Mora. Situado en las pedanías de la sierra de Guadarrama, consta de un monasterio, una iglesia, un palacio y un panteón. Se convirtió en residencia de la familia real española y en su lugar de sepultura.
Entre las razones por las que se construyó, se encontraba la conmemoración de la batalla de San Quintín. Dicha contienda, en la que se venció a Francia, sucedió el 10 de agosto de 1557, en la festividad cristiana de San Lorenzo. Misma fecha en la que tuvo lugar la coronación de Felipe II. Por ello, se decidió dedicar la edificación a este santo.
¿Quién era San Lorenzo?
La estructura del Monasterio de El Escorial quedaría a modo de parrilla al revés, lo que sería el homenaje a San Lorenzo. Este símbolo se encuentra por muchas zonas del edificio, bien esculpido en relieve o pintado. El mango de la hipotética parrilla sería el saliente constituido, precisamente, por la zona destinada a palacio en su fachada, mientras que las cuatro torres de sus esquinas, las cuatro patas en las que el asador se apoyaría en el suelo.
Según la tradición cristiana, San Lorenzo fue un mártir romano que fue quemado sobre una parrilla. Sacerdote español, vivió en Roma durante el siglo III y durante toda su vida religiosa administró los bienes de la Iglesia. Fue uno de los cristianos que fueron ajusticiados junto al papa Sixto II durante la persecución del emperador Valeriano.
Según cuentan los historiadores, el autoritario solicitó al sacerdote los tesoros de la Iglesia, a lo que San Lorenzo le pidió tres días para reunirlos. Durante ese tiempo, fue a un cerro de Roma y enterró todos los objetos valiosos de la Iglesia, desobedeciendo así al emperador. El día que tenía que entregar los bienes, el sacerdote se presentó ante él junto a un grupo de pobres, ancianos y enfermos, afirmando que ese era el tesoro más preciado de la Iglesia de Cristo.
La respuesta no fue más que “un castigo ejemplar” que le costó a San Lorenzo su desobediencia al emperador. Así, condenó al sacerdote a morir en una parrilla ardiente. Se dice que, en medio del martirio, pidió a sus verdugos que le dieran la vuelta y mirara de frente al fuego, sus palabras textuales, serían. “Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho”. Así, se cuenta que sus lágrimas son “las estrellas” que en las noches siguientes caen del cielo, en las denominadas Perseidas. Su muerte fue un 10 de agosto del año 258 d.C.
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