Mayores Clece
El modelo integrado de servicio a domicilio y teleasistencia, un salto en eficiencia y agilidad
Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla ofrecen de forma conjunta los Servicios de Atención Domicilaria y de Teleasistencia del Imserso, ambos gestionados por Clece. Se trata del mayor servicio integrado en España y su funcionamiento es una muestra de la agilidad y máxima coordinación de los profesionales
La Ley de Dependencia atribuye sus competencias a las comunidades autónomas, excepto en dos casos especiales: los de Ceuta y Melilla, que, debido a su calidad de ciudades autónomas, dependen directamente del Imserso y el Ministerio de Derechos Sociales. Esta peculiaridad permite que el modelo de ambas ciudades en materia de los Servicios de Atención Domiciliaria (SAD) y los de Teleasistencia a Domicilio (TAD) se preste de forma conjunta e integrada.
En aquellos lugares donde ambos servicios se licitan por entidades diferentes, con equipos y herramientas distintas, muchas veces se duplican los costes y los recursos; también los esfuerzos del usuario, que tiene que llamar a dos sitios diferentes, someterse a un doble seguimiento, etc.
Por ello, Clece apuesta por un servicio domiciliario integral y centrado en la persona que aúne ambas funcionalidades. Esto guarda una consecuencia clara para los usuarios del servicio, ya que lo perciben como un equipo conjunto y ven resueltas sus problemáticas e incidencias de forma mucho más ágil y rápida. La comunicación es mucho más fluida e inmediata, evita al usuario trastornos innecesarios y los profesionales encargados tienen una visión integral de la situación de cada caso.
El servicio consta de 3 ejes diferentes, que se adecúan a las necesidades de cada persona. Estos 3 pilares actúan de forma integral e interoperable entre ambos servicios para dar una asistencia inmediata y ayudar a lo más importante: que las personas mayores y personas dependientes tengan la mejor atención posible en su propio domicilio.
Las auxiliares del SAD, ojos y oídos del servicio
El primero de los ejes es la atención domiciliaría. Miguel Calvente, Jefe de grupo de Clece para Ceuta y Melilla, lo describe como “el conjunto de actividades llevadas a cabo en el domicilio de los usuarios con el fin de atender sus necesidades de la vida diaria e incrementar su autonomía, posibilitando la permanencia en su domicilio el mayor tiempo posible”. Entre esas rutinas del día a día se encuentra la ayuda al cuidado personal y al de la casa, el desarrollo de hábitos saludables, paseos, acompañamiento al médico u otras gestiones, etc.
Esta atención se personaliza en función de las necesidades y preferencias de cada usuario De esta forma, se procura que las personas mayores sean autónomas y autosuficientes y puedan seguir viviendo en sus casas, evitando así el máximo tiempo posible su institucionalización, si fuera el caso.
Nachima M’Hamed es auxiliar del SAD de Melilla. Para ella, este servicio es esencial para el bienestar de estos mayores ya que “se les nota la cara de felicidad cuando cruzamos la puerta”. La de M’Hamed es una labor esencial en el servicio, ya que su trabajo no solo consiste en la atención al usuario, sino también en la prevención. Las auxiliares actúan como los ojos y oídos del servicio y son las encargadas de comunicar si encuentran algo fuera de lo normal en los usuarios, como problemas de salud, deterioro cognitivo, etc., que requiera la intervención de la coordinación.
Gracias a esta ayuda, tanto los mayores como sus familiares encuentran una gran tranquilidad y seguridad, ya que tanto unos como otros saben que la persona dependiente está siendo cuidada por profesionales de los que recibe la visita a diario. “Somos el medio de descanso y de respiro”, apunta M’Hamed.
Atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana con la teleasistencia
El segundo servicio, el de la Teleasistencia a domicilio, tiene la finalidad de atender a los usuarios mediante el empleo de tecnologías de la información y comunicación y proporcionar así una respuesta ante situaciones de emergencia y seguridad, pero también de aislamiento y soledad.
Entre esas tecnologías, nos cuenta María Isabel Cárdenas, Responsable de coordinación servicio integrado SAD-TAD de Melilla, destaca lo que los mayores conocen como “el botoncito rojo”, un collar con un dispositivo conectado a la línea telefónica que pueden accionar de forma rápida y sencilla en caso de emergencia sanitaria y social.
El usuario solo tiene que pulsar el botón para ponerse en contacto con el centro de atención. Así, la asistencia es inmediata, a todas horas, todos los días de la semana. María Isabel Cárdenas señala la importancia de este servicio por su cercanía, ya que “muchos usuarios llaman porque se sienten solos, han enviudado o se ha reducido su círculo de amistades” y aquí encuentran un claro valor psicológico. El servicio de teleasistencia también cuenta con otros dispositivos como detector de humo, de escapes de gas o de caídas.
Gracias a una integración del servicio como la que existe en Melilla, si una auxiliar del SAD comprueba que alguna de estas tecnologías presenta una incidencia, puede solicitar asistencia técnica a su propio equipo y si la solución a la incidencia es sencilla, la propia auxiliar puede resolverla en ese mismo instante, lo que lo hace un procedimiento muy ágil y sencillo.
De esta manera, ante cualquier incidencia recogida en el SAD, se informa de manera automática en el de Teleasistencia y viceversa. También, si se produce una alerta por pulsación, esta será conocida también por la coordinación del SAD.
Cuidando para el futuro
El tercer eje es el de la prevención a las situaciones de dependencia: un servicio que, a través de acciones de promoción de la autonomía, llevadas a cabo en sus domicilios, tiene como fin paliar el nivel de dependencia y ralentizar los posibles procesos patológicos que puedan presentar los usuarios. Para ello cuentan con una psicóloga, una fisioterapeuta y una terapeuta ocupacional que se ocupan de unos 50 usuarios al mes.
También en este aspecto, con la interoperabilidad entre servicios se consigue la mejor atención y cuidados, desde una perspectiva integral y personalizada, ya que el operador de teleasistencia puede acceder a los informes sociales actualizados de este servicio y su planificación.
La coordinación entre todos es esencial
María Isabel Cárdenas explica que, para llevar a cabo estas 3 funciones, el servicio integrado en Melilla cuenta con 130 auxiliares de ayuda a domicilio, 2 coordinadoras SAD-TAD, un ayudante de coordinación, una coordinadora TAD, un técnico TAD, una psicóloga, una terapeuta ocupacional y una fisioterapeuta y, además una administrativa y a ella misma como responsable del servicio.
La comunicación interna entre los equipos, comenta, es esencial para el buen funcionamiento del servicio, ya que fomenta una toma de decisiones y unas acciones mucho más rápidas y cómodas para los usuarios.
En este sentido, además, Miguel Calvente añade que también ambas ciudades de Ceuta y Melilla operan como un único equipo, con reuniones periódicas entre los responsables, para la puesta en común de mejoras y novedades. Además, comparten soluciones y métodos de trabajo de una ciudad a otra, para establecer sinergias y seguir en todo momento prestando el mejor servicio.
Así, Clece habla por experiencia propia cuando afirma que la forma más beneficiosa de realizar esta integración es a través de la misma empresa de gestión de la dependencia. En este momento gestionan la coordinación de los servicios de Teleasistencia y Ayuda a Domicilio en Valladolid, Melilla y Zamora.
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