Acoso sexual
Viñals, en la sala VIP, y los sanitarios, con el DJ Aoki
Los abogados denuncian que las imagenes de las cámaras del Arena demuestran que el doctor y los técnicos abandonaron la enfermería. Será demandado por omisión de socorro, penado con hasta 4 años de prisión
La declaración del doctor Simón Viñals, responsable del servicio médico en la fiesta de Halloween en el Madrid Arena, ante el juez que instruye el caso, Eduardo López-Palop, ha revelado que la atención médica del evento y la proporcionada a las tres jóvenes que llevaron a la enfermería fue más precaria de lo que se pensaba en un primer momento. Viñals se ha contradicho en numerosas ocasiones respecto a sus primeras declaraciones, el pasado mes de noviembre, en la comisión de investigación que abrió el Ayuntamiento de Madrid tanto en los medios con los que contaba como en su propia actuación.
Ante las preguntas del juez y las acusaciones particulares, Viñals ha confesado que no había ocho personas con él en la enfermería como dijo en noviembre, sino sólo su hijo y un auxiliar clínico que, según señaló Abdón Núñez, abogado de la familia de Belén Lagdon, «sospechamos que tiene más de 70 años porque no ha querido decir su edad». A éstos se sumaron los técnicos de la ambulancia que había contratado, que estaban en el exterior del recinto.
Igualmente, aunque el doctor ha negado que la enfermería «fuese un cuchitril» y ha afirmado que estaba perfectamente habilitado para atender a las «7.000 personas» que me dijeron que había, finalmente ha reconocido que el desfibrilador que aseguró tener en su declaración en la comisión de investigación procedía de la ambulancia. Asimismo, los letrados le han puesto contra las cuerdas respecto al material que utilizó para reanimar a las jóvenes y que el doctor recogió antes de que la Policía pudiera incautarlos como pruebas.
No llamó al Samur
De hecho, aunque Viñals presentó a través de su abogado un listado de los medios materiales con los que había surtido la enfermería para responder a cualquier emergencia, ante el juez no ha presentado ninguna factura que acreditase que había comprado algo. «Dijo que a las tres chicas se les había puesto una cánula de Güedell y sólo tenía una. Lo mismo sucede con el ambú, que sólo tenía uno», señala Núñez. Del mismo modo, aunque en la comisión de investigación declaró que había llamado al Samur en cuanto llegó la primera chica, ante el juez ha afirmado que «quizás la llamada no llegó a salir del teléfono».
«Le hemos preguntado cuántas ampollas utilizó en la RCP, puesto que, mientras una persona ventila y realiza masaje cardiaco, otra debe administrar adrenalina intravenosa cada cuatro minutos, y nos ha dicho que dos», explicó Núñez, que aclaró que, «si realmente estuvo 20 minutos haciendo maniobras de resucitación, debía haber utilizado por lo menos cinco ampollas». El abogado de la familia Langdon destaca que «ha olvidado qué hizo con los restos sanitarios que recogió para destruir» lo que, en su opinión, es ocultación de pruebas.
Además, como el juez y los abogados de las acusaciones particulares y popular han podido ver las imágenes de las cámaras de seguridad que registraron los movimientos de Viñals y su equipo, ha quedado patente la descoordinación, desidia y falta de preparación de la enfermería del Thriller Music Park. «Se ve a una persona mayor, que creemos que es el doctor Viñals, en la sala VIP charlando con Miguel Ángel Flores, lo que refuta su declaración de que no sabía que había sobreaforo en el recinto», afirmó Abdón Núñez. Igualmente, se puede ver como los técnicos de la ambulancia abandonan su puesto en un momento dado para fotografiarse con el Dj estrella de la fiesta, Steve Aoki.
Las imágenes también revelan que, unos minutos después de que llegaran las jóvenes heridas, una persona salió corriendo de la enfermería para avisar a los técnicos de la ambulancia. «Pasaron unos 8 o 9 minutos hasta que llegaran –indicó Núñez– y llevaban el desfibrilador y una bolsa con material médico y medicamentos, que no había en el interior de la enfermería». Es más, según asegura el letrado, no pasaron 20 minutos entre antes de que saliera fuera, donde se encontró con el supervisor de guardia del Samur, Antonio San Juan. Respecto a la declaración de San Juan, que afirmó que se encontró a dos de las tres jóvenes en el suelo, tapadas con una manta y sin atender, mientras Viñals estaba fuera, el doctor aseguró que su testimonio era falso.
Por todo esto, los letrados consideran que Viñals cometió un delito de omisión del deber de socorro, «porque las niñas no fueron atendidas como es debido». Asimismo, van a a reclamar al juez que le pida una fianza al doctor, puesto que éste no contaba con el seguro de responsabilidad civil para cubrir su mala praxis. Viñals afirmó que no hubo ninguna clase de contrato entre él y Miguel Ángel Flores, salvo un acuerdo verbal como el que llevaban haciendo desde hace años y por el que cobró 1.920 euros.
El perfil
De creador del Samur a médico de «afterhour»
Al doctor Simón Viñals, de 77 años, no le deberían ser ajenos los protocolos de Emergencias, puesto que es uno de los fundadores del Samur de la ciudad, de la que fue concejal, junto al alcalde José María Álvarez del Manzano, desde 1987 a 2002. Cuando salió de la política y ya como miembro honorífico del Colegio Oficial de Médicos, debido a su avanzada edad, Viñals conoció a Miguel Ángel Flores en un festival que éste organizó en la plaza de toros de Vistalegre y en el que Viñals se ocupó del servicio médico. Flores volvió a contratarle para organizar la enfermería de numerosos eventos. La noche de Halloween, Viñals estuvo acompañado por su hijo Carlos, funcionario del Ayuntamiento de Madrid, que estaba allí «echando una mano» al fallarle su equipo médico habitual.
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