Veinteañeros y expertos en asaltos con lanza térmica

Entre los dos suman medio centenar de antecedentes, principalmente por robo con fuerza, por lo que es lógico que la Policía les tuviera más que fichados a pesar de su juventud. Son Miguel Ángel Achutegui, de 28 años y con 42 reseñas a sus espaldas, y Enrique Navas, de 23 años y con ocho antecedentes por delitos contra el patrimonio. Eran expertos en el uso de la lanza térmica para abrir cerraduras y cajas fuertes en los comercios que asaltaban. También utilizaban inhibidores de frecuencia para anular los sistemas de alarma. La Policía les imputa ahora ocho robos con fuerza, cometidos siempre de noche. Para acceder a los locales, los jóvenes forzaban las ventanas o inutilizaban las cerraduras de las puertas utilizando taladros eléctricos portátiles con tornillería especial. Una vez en el interior, se valían de todo tipo de herramientas, entre ellas la lanza térmica, o incluso una sierra radial (también incautada en los registros domiciliarios practicados) y forzaban así las cajas de seguridad de los establecimientos.

La investigación comenzó el pasado mes de mayo tras el robo en una empresa de limpieza en el distrito madrileño de Carabanchel, cuando los investigadores sospecharon que sus autores eran los mismos que los de otros asaltos anteriores. Finalmente, se les localizó y se les detuvo la semana pasada. En el registro de cuatro viviendas, la Policía halló objetos robados, un inhibidor, herramientas (radial, taladradora...) y unos 2.000 euros en efectivo. Los domicilios con orden judicial para entrar son un piso de la calle Monegros de Leganés, un chalé en la avenida Gracia de Leda de Getafe (donde vivía Miguel Ángel), y otros dos pisos donde vivía Enrique, en la calle Getafe de Parla y en al calle Peral de Illescas (Toledo). La operación, desarrollada por los agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial, continúa abierta, según la Jefatura.

Puede que Miguel Ángel y Enrique en realidad quisieran seguir la estela de Raúl García, un vallecano de 34 años más conocido como «El Taca», que fue detenido por última vez el pasado mes de marzo. Casado y con hijos, es el mayor experto en el empleo de la lanza térmica para delinquir. «Trabajaba» como «autónomo» para las distintas bandas de butroneros que le contrataban porque, como él llegó a decir: «Soy el mejor. En lo que otros tardan 45 minutos yo tardo un cuarto de hora». Era tan bueno en esto que se llegó a cambiar de casa porque los delincuentes no paraban de ir a pedirle sus servicios. Se llevaba el 30 por ciento de cada golpe.