Transporte
Carmena dinamita el dispositivo especial de Transportes para Navidad
Sus cortes de tráfico, aprobados ya por decreto y sin informar al Consorcio, obligan a rehacer el plan diseñado para los días de récord de afluencia en el centro.
Sus cortes de tráfico, aprobados ya por decreto y sin informar al Consorcio, obligan a rehacer el plan diseñado para los días de récord de afluencia en el centro.
En 2015 el día con más afluencia de viajeros en el Metro de Madrid fue por primera vez una jornada antes de la campaña navideña. En concreto, el 27 de noviembre, el Black Friday del pasado año, por lo que en esta ocasión el suburbano madrileño había preparado un dispositivo especial de refuerzo. Lo mismo ocurre cada año con la campaña navideña que comienza con el Puente de la Constitución y la Inmaculada y, especialmente, el fin de semana anterior a la Nochebuena, cuando suele darse el día de mayor número de usuarios –el pasado año fue el sábado 18 de diciembre con 2.236.353 viajeros–. Para estas fechas, Metro de Madrid en coordinación con el Consorcio Regional de Transportes ya tiene prácticamente definido el operativo especial para la llegada masiva de madrileños y turistas al centro de la capital para ver la iluminación navideña y hacer las compras para las festividades. Sin embargo, el anuncio el pasado viernes de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, de que se cerrará el centro al tráfico en tres tramos a lo largo de diciembre y enero dinamitó todos los planes de refuerzo de transporte.
La reacción del Consorcio Regional de Transportes no se hizo esperar y acusaron a Carmena de «deslealtad» y «desorganización», ya que no contaron con el organismo que gestiona el transporte público a la hora de decidir cortar el tráfico en todo el centro durante 29 días coincidiendo con la campaña de Navidad. De hecho, fuentes del Consorcio señalaron ayer que no tienen claro si «dará tiempo» a reorganizar todo el operativo de refuerzos navideños en apenas cinco días, puesto que las restricciones de circulación comienzan el día 2 de diciembre. En Gran Vía habrá un carril por sentido para transporte público y vehículos autorizados, y se cortarán las calles Mayor y Atocha.
El pasado año, se esperaban más de 11 millones de desplazamientos en Metro a las zonas comerciales por lo que se planeó un incremento del 20% en el servicio del suburbano en las líneas que pasan por los lugares más transitados durante la campaña de Navidad. Así, en el balance posterior de este operativo especial, Metro llegó a transportar a más de 51 millones de viajeros durante las navidades de 2015, un 2% más que en 2014, superando también en número de usuarios del día con más afluencia del año anterior.
Además, debido a que a lo largo de 2016 se han incorporado nuevos conductores de Metro, especialmente durante el fin de semana, los refuerzos para la campaña navideña se habían diseñado contando con este aumento de convoyes y de personal en las estaciones. Máxime teniendo en cuenta que debido a las grandes aglomeraciones que se produjeron el pasado año, hubo que segmentar la entrada en las estaciones del centro de la capital para que no se acumulasen los usuarios en los atestados andenes entre tren y tren. Es más, debido a que metro y autobús suelen estar llenos prácticamente a todas horas durante las fiestas, los viajeros que lleven carritos de niños o tengan movilidad reducida se verán obligados a utilizar los taxis como único sistema de transporte público para acceder al centro ya que no podrán llegar siquiera a las plazas reservadas.
Sin embargo, el dispositivo de transporte público no es el único que se verá afectado por este cambio de planes de Carmena sobre la circulación de los vehículos privados por las principales arterias del distrito y el incremento de la superficie para los peatones en la Gran Vía. Esta semana, la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, presentó el operativo especial de Navidad que tiene especial importancia debido a que, desde julio de 2015, nuestro país se encuentra en alerta 4 por terrorismo. Dancausa explicó el refuerzo que cada año efectúa la Policía Nacional, en coordinación con la Policía Municipal de Madrid para el aumento de afluencia al centro de la ciudad, junto con los operativos especiales para proteger a los comerciantes y usuarios de los «descuideros» que aprovechan las aglomeraciones de estos días para apropiarse de bolsos, carteras y mercancías.
Un dispositivo diseñado también en coordinación con Cercanías Renfe y el Consorcio Regional de Transportes, en el que también se tienen en cuenta eventos deportivos, culturales e institucionales que se celebran durante estas fechas, y en el que también está presente los responsables del Área de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, así como los servicios de Emergencia Municipales –Samur-Protección Civil y Bomberos–, que en ningún momento informaron de sus planes de restringir al tráfico la Gran Vía y las calles Mayor y Atocha. Ahora, la Delegación del Gobierno tendrá que rehacer el operativo, para el cual se trasladan al menos un centenar de agentes policiales de otros puntos de la geografía española hasta la ciudad, teniendo en cuenta los conflictos de movilidad que supondrán los inevitables atascos en los puntos de control previos a los cortes, así como que los carriles que se puedan habilitar para desplazar a los servicios de seguridad por la Gran Vía estén llenos de peatones.
Aparcamientos de rotación
«Creo que no es una decisión meditada de ninguna de las maneras», señaló al respecto el presidente de Automovilistas Europeos Asociados, Mario Arnaldo, que además de los previsibles colapsos del tráfico, «que en estas fechas siempre se autoregulaba», apuntó también a otro problema, económico, que no tiene la menor duda de que el Ayuntamiento de Madrid tampoco ha previsto. Se trata del canon que abonan al consistorio madrileño las concesionarias de los aparcamientos de rotación. «Estas empresas deben pagar al Ayuntamiento por la explotación y es en estas fechas cuando más recaudan y con estos cortes de circulación sin duda alguna no registrarán las cifras de afluencia de años anteriores», apuntó Arnaldo, que se mostró en contra de cerrar la Gran Vía pero manifestó que «habrá que hacer un seguimiento» de las consecuencias de las restricciones de tráfico.
A estos aspectos previsibles que el consistorio madrileño no ha prestado atención a la hora de imponer el cierre del centro sin contar con los responsables de Transportes y Seguridad, así como de los empresarios afectados, se unen las consecuencias imprevisibles de que ésta es la época del año en que los índices de contaminación se disparan en la capital según la meteorología histórica. De hecho, el año pasado, el Puente de la Constitución y la Inmaculada estuvo marcado por el «nitrogenazo» que obligó a prohibir aparcar en los parquímetros, con los consiguientes problemas de atascos y saturación del transporte público.
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