Valencia
Rodríguez, ovacionado en su pueblo, no amaga con dejar ninguno de sus cargos
Como una víctima, como un mártir, como un héroe. En el Ayuntamiento de Ontinyent, del que es alcalde Jorge Rodríguez, quisieron prepararle un recibimiento muy especial. Desde el servicio de mensajería del Consistorio se convocó a todos los trabajadores a bajar a recibirle. Evitaron enviarlo a los grupos de la oposición, pero el PP accedió al mismo y montó en cólera.
Rodríguez fue suspendido el pasado miércoles cautelarmente de militancia y de todos sus cargos orgánicos, pero solo él puede abandonar su escaño.
El PSPV ha acordado quién debe ser su sucesor en la presidencia de la Diputación de Valencia, pero a día de hoy tampoco ha presentado su renuncia. Se trata de un trámite que solo puede hacer él y que sería la manera de activar su relevo.
De momento, el presidente de la Diputación se refugia en su feudo. Ayer tenía previsto acudir a los actos previstos en la plaza de Santo Domingo. Por los grupos de «wasap» volvía a convocarse a los ciudadanos a mostrar su apoyo al alcalde entre la sorpresa y el rechazo de unos y la alegría de otros. «Confiem en ell», dicen los mensajes, mientras que desde el PP aseguran que Rodríguez ha repartido tanto dinero público que casi ha comprado a un pueblo.
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