Salud estudia dispensar fármacos en los CAP ante la crisis de las boticas

Dicho y hecho. La conselleria de Salud respondió ayer a la demanda de los farmacéuticos que, tras recibir dos jarros de agua fría seguidos, se plantaron y advirtieron de que no iban a seguir financiando los medicamentos necesarios a la ciudadanía exhortando al Govern a tomar cartas sobre el asunto. Y, así, la Generalitat salió al paso con dos ideas y negando que el usuario vaya a verse perjudicado.

El conseller de Salud, Boi Ruiz, prefirió no salir a la palestra y delegó en su número 2, el director del Servicio Catalán de la Salud, Josep Maria Padrosa, la responsabilidad de contestar y tranquilizar al colectivo. «Nos solidarizamos con ellos y creemos que tiene toda la razón de estar en esta situación de angustia y preocupación», declaró Padrosa. Y a la espera de obtener liquidez a través del Fondo de Liquidez Autonómico para pagar las facturas farmacéuticas de los próximos meses y de que el plan ICO inicie su última fase para dejar a cero la deuda catalana con sus proveedores, Padrosa aseguró que Salud estudia dos recetas para frenar un posible desabastecimiento de fármacos.

Una conllevaría que los ambulatorios u hospitales pasaran a dispensar aquellos medicamentos más caros, de más de 500 euros, para liberar a las boticas de tener que comprarlos de su propio bolsillo. La otra implicaría crear un circuito de establecimientos para que en caso de que una farmacia no tenga un medicamento pueda localizar aquella que sí lo tiene y dispensarlo con normalidad al ciudadano. En cualquier caso, aseguró Padrosa, «no queremos que el ciudadano asuma el 100 por cien de la deuda» y, por lo tanto, se descarta que sea el cliente quien deba asumir el coste de los fármacos.

Soluciones a medias

Desde el colegio de Farmacéuticos de Barcelona, el posicionamiento de la Administración fue acogido con cautela. Y, están, dicho coloquialmente, a verlas venir. Las medidas propuestas, aunque garantizan al ciudadano el acceso al fármaco, no solucionan el problema de base.

Además, se olvida la conselleria de que la dificultad real radica, no sólo en proveerse de medicamentos caros, que como dijo Padrosa suponen el 0,5 por ciento de todos los dispensados, sino en hacer frente a las múltiples recetas con las que mensualmente acude a la farmacia un enfermo crónico, por ejemplo, y que euro a euro suman un total considerable. Tampoco tiene en cuenta Salud que los farmacéuticos llevan meses trabajando en red para que cuando un ciudadano solicita un medicamento lo tenga disponible en el menor tiempo posible. Así, si una botica no cuenta con un fármaco por la imposibilidad de tenerlo en stock y una persona se lo solicita contacta con el consejo de Colegios de Farmacéuticos que busca otra farmacia que sí tenga ese medicamento. Localizada, o bien el usuario se desplaza a dicha botica, o ésta la envía a la que emitió la petición.

Esta iniciativa se puso en marcha meses atrás, cuando las farmacias temieron quedarse sin suministros al no poder pagar más medicamentos como ocurre ahora. Todo teniendo en cuenta que por ley el colectivo está obligado a dispensar el medicamento que se le solicite con la amenaza de incurrir en una infracción administrativa grave por lo que podrían ser multados.

Futuro incierto

Los próximos son días claves, aunque el de ayer finalizó con una buena noticia. El Ministerio de Hacienda inició la última fase del plan ICO por la que «se limpiará el stock de facturas pendientes de pago de 2012, plazo que no cubrió la fase anterior del plan, y hasta mayo de 2013». Paquete en el que se encuentran tres facturas pendientes de cobro por parte de las boticas y que ascienden a 416 millones de euros. Aún así, el sector desconoce cuándo los cobrarán y si el Govern podrá finalmente hacer frente a los facturas futuras.