Barcelona
Mas guarda silencio ante la réplica del 12-O a su órdago soberanista
PP y Ciutadans le exigen que rectifique y gobierne para todos los catalanes
Satisfechos con haber llenado la plaza Cataluña de Barcelona, PP, Ciutadans y los organizadores de la manifestación, la plataforma «Som Catalunya. Somos España», emplazaron ayer a Artur Mas a escuchar a «la mayoría silenciosa que ha empezado a hablar». Pero ahora quien guarda silencio es el president de la Generalitat. En la ceremonia de la beatificación multitudinaria, Mas atendió a los periodistas, pero cuando se le preguntó por la réplica del 12-O a su órdago soberanista, contestó que no quería hablar del tema.
La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, no esperó al lunes para valorar la movilización del Día de la Hispanidad. Erigida en portavoz política del acto, pidió a Mas que rectifique y que se dé cuenta de que la mayoría «es la Cataluña silenciosa». En sus discursos, el president de la Generalitat alega que de los 135 diputados que tiene el Parlament de Cataluña, 107 (CiU, ERC, PSC, ICV y la CUP) están a favor del derecho a decidir por 28 (PP y Ciutadans) que lo rechazan, para avalar que la «mayoría» de catalanes legitima su camino hacia el referéndum.
Pero de los 107 diputados que defienden la consulta, no todos apoyan la independencia. Sánchez-Camacho se dirigió a ellos, al PSC y a Unió, les pidió que se posicionen a favor de una u otra opción. «Deben mojarse definitivamente, no pueden estar en medio, tienen que aclarar si están a favor de la independencia o de los que defendemos la Cataluña plural dentro de España».
Advirtió al primer secretario del PSC, Pere Navarro, que «ni la vía federal ni la confederal (que defiende Unió) tienen ningún recorrido». Reprochó a Alfredo Pérez Rubalcaba que fue un error no haberse sumado a la manifestación del 12-O y le emplazó a rectificar y no permitir más que el PSC se equivoque. Y a Josep Antoni Duran Lleida le echó en cara que «está siendo cómplice de una CDC que da pasos agigantados hacia la independencia».
Pero las palabras de la presidenta del PP catalán no lograron cambiar de idea al PSC ni a Unió. El portavoz del PSC, Jaume Collboni, replicó que los socialistas salen a la calle para defender los derechos sociales, la educación pública y la salud pública, no para participar en una guerra de banderas.
PSC, Unió y la tercera vía
Molesto con los reproches que recibieron por no haberse implicado en el 12-O, Collboni acusó a Sánchez-Camacho de practicar un «nuevo victimismo» y de tener una responsabilidad histórica en la crispación que hoy se vive en Cataluña. Le recordó que «se podría haber ahorrado la manifestación del sábado si el PP no hubiera practicado la catalanofabia, no hubiera recogido firmas en contra del Estatut, si no hubiera presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional y si Rajoy y Mas hubieran empezado un diálogo franco y abierto hace un año».
El president del Consell Nacional de Unió, Ramon Espadaler, le respondió que no tenía ningún sentido que su partido participara en la manifestación a favor de la unidad de España, porque los democristianos «no tenemos como objetivo mantener la unidad de España». En declaraciones a Catalunya Ràdio, reivindicó que el objetivo de Unió es «preservar la identidad catalana».
El portavoz de Ciutadans, Jordi Cañas, incluyó en la lista de los ausentes en la concentración a ICV. Cañas, que también actuó como portavoz político de la manifestación, reivindicó que falta por incorporar a la izquierda en el frente contra la independencia.
A la petición de PP y Ciutadans para que Mas escuche a la «mayoría silenciosa», ERC les emplazó a aceptar la consulta para dar voz a los manifestantes.
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