Literatura
La decadencia que no lo fue
Un estudio cuestiona los mitos y los tópicos sobre la literatura catalana anterior a la Renaixença a partir de un novedoso punto de vista
Un estudio cuestiona los mitos y los tópicos sobre la literatura catalana anterior a la Renaixença a partir de un novedoso punto de vista.
La literatura catalana comprendida entre la Edad Media y la Renaixença decimonónica no estuvo en decadencia, como se ha sostenido hasta ahora, según el filólogo Josep Solervicens, director del volumen de la historia de la literatura catalana del Renacimiento, Barroco e Ilustración.
Solervicens dijo en entrevista con Efe que el volumen IV de la «Història de la Literatura Catalana» (Enciclopèdia Catalana/Barcino) supone «una revisión del concepto de la decadencia» y argumenta: «Todo movimiento se justifica a sí mismo y lo hace rompiendo con la tradición anterior, y la Renaixença hizo lo mismo, y por eso vio como decadente su literatura precedente». Esa visión reduccionista supuso que «la lógica de esplendor, decadencia y renacimiento dejaba a la literatura catalana aislada, sin diálogo con la literatura occidental, y sin embargo, los textos en catalán del siglo XVI dialogan con la Italia, la Francia o la Castilla de su momento».
En el volumen sepropone incorporar al canon literario autores como Cristòfor Despuig, con sus diálogos renacentistas; al poeta renacentista Pere Serafí; a Vicent García «Rector de Vallfogona», coetáneo de Lope de Vega; al poeta Francesc Fontanella (Barroco) y al dramaturgo Joan Ramis (Ilustración), que nació y creció en la Menorca dominada por ingleses y franceses.
«El Quijote» no es una influencia en la literatura catalana de la época, y de hecho, por el estudio de las bibliotecas privadas y las herencias, aparece en pocas bibliotecas, y en cambio sí hay más «Novelas Ejemplares» del mismo Cervantes. «Lope de Vega sí es importante, es amigo personal de Vicent Garcia e incluso se acaba construyendo un relato de que el monarca Felipe IV aparece en Barcelona, queda fascinado con García y lo invita a la Corte, pero éste va anónimamente a Madrid y en ese paseo vio a Lope observando a un joven que dormía sobre una piedra diciendo “O el muchacho es de bronce, o la piedra es de lana” a lo que García replicó: “¿Qué más bronce que no tener años once? ¿Y qué más lana que no pensar que hay mañana?”». «Lope avala a García. Son dos poetas coetáneos. Hacen un uso de la lengua similar, con un registro claramente barroco», comenta Solervicens, para quien «no es un problema que la influencia sea castellana, pero además hay otras influencias como Francia e Italia, «en este caso más de Italia que de Francia, porque la Corona de Aragón tenía Napoles, hubo papas Borgia».
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