Barcelona
«Intento hacer música de mi poesía»
Pere Gimferrer evoca en muchas ocasiones el placer de la conversación porque entrevistarlo, además de un reto, es también una manera de aprender. El poeta, que tiene decorado con los retratos de Vicente Aleixandre y Octavio Paz en su despacho de Seix Barral, se presenta elegante, con una de sus sorprendentes corbatas, siempre con algún guiño literario y artístico. Sigue confesando con pesar que «escribo pensando que la poesía tiene pocos lectores», pero eso no le impide que en los últimos años presente con puntual regularidad un nuevo libro de versos, muchos de ellos ligados con la actualidad o con sus admiraciones intelectuales.
– «Marinejant» (Proa) es un poemario que usted escribe en los primeros meses del pasado año.
– Bueno, hay un solo poema anterior que es el dedicado Maria Mercè Marçal y que lo he puesto porque temática y estilísticamente iba bien. El libro en sí está escrito entre enero y febrero del pasado año.
– Inicia su libro con dos citas, una de ellas de Carles Riba en la que habla de versos humanos, «fins i tot massa humans». ¿Es así cómo considera su poesía?
– Sí, supongo que los versos de este libro son más humanos que los de otros.
– ¿Por qué?
– Supongo, en el caso de Riba, lo decía en contraposición de otros poemas suyos que estaban alejados de su persona. Igual me puede pasar, aunque yo tengo versos que son muy humanos. Si quiere decir si «Marinejant» es más humano que un libro anterior mío como «Alma Venus» es exacto. Pero no hablemos ahora de Riba.
– Uno de los poemas trata de Maria Mercè Marçal.
– Sí, es un poema que por el tono pensaba que podía ir bien con el conjunto del libro. Está escrito para «El senyal de la pèrdua» donde se recogían sus textos inéditos. Ella era una persona a la que conocí bastante. Me parecía admirable, con una gran capacidad de autonomía y coraje. Piense que apareció un poco atrapada por su boda con Ramon Pinyol y la concepción de Llibres del Mall, pero poco a poco se fue separando, haciendo muchas cosas admirables en el mundo literario. Una de ellas, por cierto, fue la primera que trató el tema lésbico en la poesía en catalán, un hecho sin precedentes. Fue una pena su desaparición. Sé que tenía una novela planeada de la que s la idea, pero de la que escribió muy poco.
– En sus poemas aparecen siempre muchas referencias literarias, artísticas, musicales o cinematográficas. Eso lo volvemos a encontrar en «Marinejant». Me gustaría preguntarle por alguna de ellas. Una de ellas es Joan Miró.
– No sé si se entiende mucho lo que digo. Aquí hay una historia, sin duda verídica, y es que Miró hizo la mili en una cosa que todavía existe, aunque no s a qu se dedica, que se llama el Polvorí, en Montjuïc. ¿Cómo hacía la mili? ¿Era soldado de cuota? Ignoro ese aspecto de su vida, pero es curioso que fuera en el Polvorí. Y hablo de Montjuïc, el monte de los judíos.
– También se refiere al Campins de Tàpies.
– Sí y es curioso porque Tàpies pintaba en Campins, pero no el paisaje. En esto él era el antiPerejaume. Se encerraba y lo que pintaba era en todo caso una reelaboración muy estilizada de lo que había visto en el bosque. Por eso, en el poema «Invisibilitat» escribo «com el bosc de Campins que pintava i no pintava Tàpies en silenci».
– En este mismo poema habla de «el món que ara es desf per tornar-se a desfer i tornar-se a refer». ¿Es su definición del mundo?
–No hago una referencia al mundo desde un punto de vista político. Eso ya lo hago en otros poemas. Cómo veo el mundo es algo que trato en un libro que saldr en septiembre. En éste hablo de cosas del pasado, como la guerra pero de una manera muy estilizada.
– En otro poema, «Flash Forward» escribe «he fet del meu present el meu passat,/ he fet del meu passat el meu present».
– Es la perspectiva de la vida.
– Entre las referencias musicales, me ha gustado «Black is Black».
– Sí, son Los Bravos. Es que hay toda una faceta musical mía sobre el pop, el rock y el jazz que no siempre se nota en los poemas. Intento hacer música de mi poesía.