España
175 años de honor
Mis primeros recuerdos sobre la Guardia Civil, datan de mi niñez. Un día en Sitges un grupo de niños hicimos una travesura, el Sargento Robles nos cogió por las orejas y nos llevó uno por uno a casa, donde nos ganamos el correspondiente castigo. En todo Sitges no había más de 12 guardias civiles, pero los conocíamos a todos, nos conocían a todos y no hacía falta burocracia y exceso de judicialización para mantener el orden, de hecho la puerta de mi casa estaba abierta y recuerdo la frase de mi abuelo «el último que cierre».
Al paso del tiempo han sido siempre para mí un referente, puedo decir con orgullo que jamás un Guardia Civil ha venido a mi despacho por un problema personal o profesional y no ha sido ayudado, como siempre que lo he necesitado se han volcado conmigo, aunque a fuer de ser sincero esto lo he hecho siempre con todos los policías sin distinguir rango ni uniforme.
Un día me dieron la máxima condecoración que podían otorgarme, la Cruz de Plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, me la impuso mi amigo el hoy Teniente General Ángel Gozalo, un día lluvioso en el que lloré de emoción a lagrima abierta y me fundí con él en un abrazo que nunca olvidaré, en él abrazaba a Enrique, a Ángel, a Manolo, a Diego, a Alejandro a todos los que confiaron en mí y sobre todo a aquellos que se dejaron la vida o la libertad en la lucha contra el terror.
Por eso os quiero, os queremos, os vemos y nos sentimos tranquilos, mientras vosotros estéis España tiene esperanza y sino que se lo pregunten a todos los jefes de ETA desde antes de Pakito a Josu Ternera. Felicidades a todos y como siempre sencillamente a vuestra disposición.
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