ERE
Procesados Guerrero y su ex chófer por las ayudas de la cocaína
La jueza ve indicios suficientes para afirmar que ambos fijaron un «modus operandi» por el que las empresas de Trujillo acumularon 1,4 millones
La jueza ve indicios suficientes para afirmar que ambos fijaron un «modus operandi» por el que las empresas de Trujillo acumularon 1,4 millones
Al principio nada hacía presagiar lo que sucedería. Con el tiempo, a medida que el proceso de los ERE avanzaba, el juzgado cogió las riendas de los acontecimientos y algunas encausaciones se volvieron previsibles. Es el caso del ex director general de Trabajo de la Junta, Francisco Javier Guerrero, y del que fuera su chófer, Juan Francisco Trujillo, quien aseveró en sede judicial que con los fondos públicos compró cocaína e hizo regalos a su ex jefe como cuadros, relojes o teléfonos móviles. Ahora la jueza María Núñez Bolaños, instructora del «macroproceso», los ha procesado a los dos al cerrar la pieza centrada en las ayudas vinculadas a esas actividades, de 1.475.028,01 euros en conjunto, que el primero, ex director general del Ejecutivo andaluz, habría concedido al segundo.
La magistrada achaca a ambos en un auto, fechado el 10 de marzo y al que ha tenido acceso LA RAZÓN, los presuntos delitos de prevaricación, malversación y tráfico de influencias y suma al ex conductor el de falsificación en documento mercantil. Además, al ex directivo de Vitalia Antonio Albarracín y a Isidoro Ruiz, administrador solidario de una de las sociedades vinculadas a Trujillo que recibió una subvención, Ave Nueva SL, les atribuye prevaricación y malversación.
Con todo, la resolución judicial fue recibida con cierto alivio en el entorno del ex chófer, que asegura que éste «sigue sin abogado» fijo, dado que la jueza ha archivado la causa contra su madre, Estrella Blanco, al no haber quedado acreditada durante la instrucción, a su entender, «la existencia de mínimos indicios de su participación dolosa» en los hechos. A ello se añade que ha decretado el archivo parcial y provisional de lo actuado respecto de su mujer, Juana Gallego, «por no existir prueba de su participación directa» en lo sucedido. No obstante, acuerda traer a esta última al procedimiento como beneficiaria «a título lucrativo».
En su auto, Núñez apunta a la existencia de un «plan» o «concierto» entre Guerrero y Trujillo, de acuerdo al cual, el ex alto cargo de la Junta «otorgó de forma arbitraria y con ánimo de lucrarse él mismo» y su conductor, «cuatro ayudas». Con este propósito, asevera la magistrada, aquél «sugirió» a Trujillo que «creara dos empresas». Afinando, y de acuerdo a lo declarado por éste, le dijo que, «como tenía facultades para conceder subvenciones y que no tenía que justificar nada», podía adjudicarle el dinero «presentando una memoria muy simple», que debía pasarle. «El pago lo acordaría» el propio Guerrero, según se establece en el relato del auto.
Trujillo habría seguido las indicaciones e hizo nacer dos mercantiles: Iniciativas Turísticas Sierra Morena SL y Lógica Estratégica Empresarial SL de las que presentó las correspondientes «breves memorias». A la primera fueron a parar de inicio 450.000 euros en 2004, que se pagaron en dos veces: 250.000 en mayo de 2005 y 200.000 en julio de aquel año. A la segunda se destinó la misma cuantía y finalmente se le abonaron cuatro cantidades: 59.848 euros en febrero de 2005, 90.152 el marzo siguiente, 106.000 en noviembre y 194.000 en diciembre de aquel ejercicio.
De los expedientes de subvenciones aportados al juzgado por el Gobierno autonómico y del listado de desembolsos efectuados por el IFA –antiguo Instituto de Fomento de Andalucía, luego agencia IDEA, que actuaron como cajas pagadoras– se desprende la existencia de un tercer aporte de 450.000 euros con un destinatario: la empresa Ave Nueva SL.
La instructora deja claro que el «mecanismo» que seguían siempre era «el mismo». ¿Cuál? «Se otorgaban –las ayudas– por Guerrero sin más trámite y posteriormente, para realizar el pago, celebraba un convenio entre éste y el IFA en virtud del cual dicha institución» debería ocuparse de las entregas de las mismas «indiciariamente de forma arbitraria» por el ex director general de Trabajo. ¿Con qué objetivo? Núñez asevera que «para su lucro y el de sus amigos o conocidos», y ello, «a sabiendas» del «carácter ficticio» de las mercantiles y del fin presuntamente «ilícito» de los fondos.
Y hay una última subvención que se da para «beneficiarse económicamente tanto el señor Guerrero como el señor Trujillo», puntualiza la jueza, en la que intervino Albarracín. Ésta se articuló «mediante una póliza individual», la rubricó como «tomador» el ex alto cargo de Trabajo, quien, como beneficiario «puso la firma» de su ex subordinado, «falsificando», se señala en la resolución de Núñez, «la de su madre». De hecho, el ingreso del dinero se hizo en la cuenta de aquélla, Estrella Blanco, de donde su hijo lo retiraría, según admitió el propio Trujillo, como que realizó «numerosos regalos» a su ex jefe, al margen de «la compra de cocaína para ambos».
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