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La mujer de Benítez se queda en Liverpool

El matrimonio Benítez, sonriente durante la presentación del nuevo entrenador del Real Madrid
El matrimonio Benítez, sonriente durante la presentación del nuevo entrenador del Real Madridlarazon

Las «WAGS» es el término con el que se conoce en el Reino Unido a las esposas y novias de los deportistas de la «Premier League». Féminas, por lo general, con trabajos en el mundo de la moda y presencia habitual en alfombras rojas. Pero siempre hay excepciones que confirman la regla y, en este caso, se llama Montserrat Seara. La mujer de Rafa Benítez está ahora en el punto de mira después de que el entrenador haya fichado por el Real Madrid. Pero esta ourensana, cum laude en Derecho, cautivó ya desde hace tiempo a la prensa británica. Y no precisamente por llevar trajes de grandes diseñadores, sino por sus labores filántropas y el modo de vida «tan normal» en el que ha criado a sus dos hijas, Claudia, de 16 años, y Ágata, de 12, en Merseyside.

Desde que aterrizasen en 2004 en este condado del noreste de Inglaterra, al que pertenece la ciudad de Liverpool, la familia siempre se ha sentido como en casa. Las niñas han estudiado en escuelas locales, y durante los dos años que transcurrieron desde que el técnico dejara el Inter de Milán y cogiera las riendas del Chelsea, el matrimonio siguió haciendo allí su vida. La gente les preguntaba que por qué no regresaban a España, pero Montse, de 48 años, respondía que ése era ahora su hogar. «Ágata era un bebé cuando vinimos aquí y para ellas, ésta es su casa. Se sienten inglesas, son de Liverpool. Sus amigos y los nuestros están ahora aquí. He estado en todo tipo de lugares en todo el mundo, y no hay nada como esto. La gente es muy amable. Tienen un talento para hacerte sentir que perteneces a una gran familia», explicó en su día al periódico local. Precisamente por la edad de las niñas, todo indica que Montse se quedará con ellas en Merseyside. Por su parte, Rafa, al igual que ya hizo durante su época como entrenador del Nápoles, cogerá aviones siempre que pueda. Según fuentes cercanas al técnico con las que ha podido hablar LA RAZÓN, se están barajando muchas opciones, pero «lo más probable es que la residencia familiar permanezca en Inglaterra hasta que las niñas terminen sus estudios».

Ayudar a la gente de su entorno

De esta manera la abogada podrá seguir involucrada en el día a día de la fundación que lleva su nombre. The Montse Benitez Foundation fue creada en 2011 con el objetivo de apoyar a diferentes ONGs locales, con las que el matrimonio llevaba ya años en contacto. «Quiero ayudar a la gente de mi entorno. No tengo la necesidad de ir al extranjero porque aquí, en esta ciudad, hay personas que nos necesitan», explicó la activista durante su presentación. A través de diferentes actos, como campeonatos de golf, carreras de caballos o rifas –Paul McCartney siempre regala algo porque su hermano vive en Heswall–, el matrimonio ha podido cambiar la vida de personas anónimas. «Muchas veces la gente se queda impactada con los tsunamis o terremotos, pero ignora a los que tiene al lado, personas que viven en la pobreza, ancianos cuya pensión es tan pequeña que los ves en el supermercado contando hasta el último penique y es muy triste», recalca.

Obviamente, los contactos y el tirón mediático del entrenador ayudan para que cada año se recauden alrededor de 69.000 euros. Pero mucho antes de que Rafa se cruzara en su camino, Montse ya trabajaba en diferentes labores humanitarias. Estuvo, por ejemplo, dos años en la Cruz Roja Internacional como delegada en derechos humanos en el norte de África, donde acudió en varias ocasiones a las cárceles para comprobar en qué condiciones vivían los presos. Ella explica que la generosidad la ha mamado «de siempre, de mi familia. Mis abuelos ya compartían lo que tenían con aquellos que habían tenido menos suerte en la vida», señala. Es cuando habla de su Galicia, cuando le sale algo de morriña. Porque su nacimiento en Madrid fue «por pura casualidad». En su casa, siempre se habló gallego y cuando vivían en España, la pareja se escapaba en cuanto podía a Santiago y Orense. Como cualquier gallega, reconoce que su alma viajera la ha ayudado a afrontar la vida nómada que lleva desde que conoció a Rafa. «Es algo que asumes cuando te casas con un entrenador de fútbol», explica. La pareja, que se conoció en Madrid, se casó en 1998 y desde entonces han formado un tándem perfecto.

BUSCA CASA EN MADRID

La primera noche que Rafa Benítez pasó en Madrid, durmió en la residencia de la ciudad deportiva de Valdebebas del club blanco. Allí tiene una habitación a su nombre, que se abre con su huella digital, un comedor, una sala de juegos, un gimnasio y una sala de estar con todas las comodidades posibles. Y, sobre todo, tiene unas vistas inmejorables... si eres él: los campos de entrenamiento del Madrid. El entrenador viajó directamente desde Nápoles y ahora se tomará unas vacaciones y tendrá tiempo para buscar una casa que no tiene. Fue en Madrid, trabajando en un gimnasio, donde conoció a Montserrat, su mujer. Después viajaron por varios equipos de España y cuando vivieron en Valencia (en el centro de la ciudad, aprendiendo valenciano y yendo a misa los domingos) vendieron su casa de la capital. Más tarde, en Liverpool, encontraron el hogar. La familia vivía en una lujosa casa, y estaba encantada con la educación que recibían sus hijas. Rodeados de cuadros de pintores rusos elegidos por Monserrat y aprendiendo a montar a caballo, ahora tiene que decidir si abandona su hogar y vuelven todos a Madrid. En Nápoles, Rafa vivía en un hotel, con el resto de su equipo técnico, mientras su mujer e hijas seguían en Liverpool, y eso ha pesado en su marcha.