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Gary Catona: «Whitney Houston es la última gran diva»

Gary Catona
Gary Catonalarazon

Lejos de pensar que la divinidad es más un asunto de la época helenística que del siglo XXI, Gary Catona, el instructor vocal de "celebrities"de la talla de Whitney Houston o Andrea Bocelli, pisó ha visitado nuestro país para cerrar su “Destination Diva Tour” europeo con el que está buscando una nueva diva musical de entre diez artistas de reconocida fama mundial para que sean las nuevas participantes del "talent show"llamado "The Ultimate Diva"que se estrenará en marzo de 2015 en 12 capítulos, a través de Maker Studios, y que se llevará a cabo durante 12 semanas en su mansión. Catona considera a «España un país clave para el proyecto, donde hay un enorme talento artístico y una personalidad marcada por la pasión, uno de los atributos fundamentales que ha de reunir una verdadera diva», por eso Madrid fue una de las ciudades estrella para realizar su selección, que tuvo lugar en diciembre. A pesar de que recibió más de un centenar de peticiones para asistir a las audiciones, sólo fueron diez las afortunadas que hicieron las pruebas y, al final, "El Maestro"se decantó por Soraya Arnelas, de Operación Triunfo, y Ana Mena, de la serie "Vive cantando". Ambas estaban «ilusionadas y agradecidas por la oportunidad única de conocerle» e interpretaron canciones de estrellas como Christina Aguilera y Aretha Franklin, y ambas reunían los dos requisitos mínimos que se pedían: ser artistas consolidadas en su país y reunir al menos un millón de seguidores en sus redes sociales. Ahora, Catona se encuentra en Los Ángeles, donde cerrará finalmente el casting de las diez mujeres proclives a ser la nueva Whitney Houston. Pero que no pierdan la esperanza aquellas mujeres que no cumplen los dos requisitos que hacen falta, en el Olimpo griego hay cabida para las nuevas musas: gracias a la plaza “Wildcard”, aquellas cantantes de cualquier parte del mundo que no sean conocidas (aún) podrán ser las nuevas divas mundiales.

–Ha entrenado a algunas de las voces más importantes de la escena musical internacional, pero todos ellos de diferentes estilos. ¿Cómo se prepara estas clases?

–Utilizo la misma técnica a la hora de abordar los diferentes estilos, y aplico mi técnica individualmente basándome en las necesidades y objetivos particulares de cada estudiante.

–Su fama comenzó en 1985, cuando ayudó a Muhammad Ali con su enfermedad de Párkinson, que afectaba a sus aptitudes vocales. ¿Cómo fue aquella experiencia?

–¡Enseñar al “más grande de todos los tiempos” fue una fantasía, un sueño! Imagine enseñar a alguien a quien admira, a su ídolo... Fue alucinante.

–Desde ahí, su trabajo ha llegado a incluirse en prestigiosos ránkings. ¿Cómo fue su proceso de aprendizaje?

–Me llevó unos diez años de estudio y de experimentación a base de ensayo y error hasta que comencé a organizar mi sistema de construcción de la voz.

–¿Qué se necesita para estar «en las manos del maestro»? ¿Cuál es el elemento común de todos sus alumnos? ¿La voz, el atractivo, la belleza...?

–En primer lugar, tener un talento básico que tenga el potencial de ser excepcional. En segundo, poseer la pasión ardiente de querer ser exitoso. En tercero, tener una fuerte ética de trabajo. Y por último,

una persona debe estar abierta a las críticas y no debe temer ser corregido.

–¿Cuál es su papel en la carrera de los cantantes?

–Yo construyo sus voces de forma que puedan darse cuenta y sacar a la luz su verdad como artistas.

–En su opinión, ¿cuáles son las cualidades de una diva?

–Un gran talento, visión, pasión, creatividad, determinación, carisma, individualidad, conexión espiritual con el propio talento, necesidad de

crear belleza y verdad a través de su canto, perspicacia para escoger el material adecuado para su voz y visión.

–¿Por qué decidió trabajar sólo en Francia, Italia, Alemania, España y Reino Unido? ¿Busca algo especial?

–Estamos intentando encontrar la mayor variedad de talento en nuestro primer show. Europa tiene sentido en cuanto a logística: es una cuestión práctica. Planeamos llevar The Ultimate Diva Show al resto del mundo.

–¿Cómo nació la idea?

–Mi amigo y productor Mark Skelton y yo decidimos hacer un show basado en mi trabajo, y queríamos involucrar en él, de alguna manera, a las mujeres. Decidimos que mi ex alumna Whitney Houston tenía la clave de un gran espectáculo: ella es lo que yo considero como la última gran diva. Cuando murió, me di cuenta de que no quedaba en el mundo nadie como ella, y sentí una llamada a la acción: tenía que encontrar a la siguiente gran diva, a "la siguiente Whitney Houston". Por eso voy a consagrar mi vida a ello: es mi ambición.

–¿Cómo fue su primer encuentro con Whitney Houston?

–Yo siempre he sido su fan, así que estaba emocionado y conmovido de convertirme en su profesor. Su voz estaba en muy mala forma cuando la encontré, pero con su devoción fui capaz de construir de nuevo un gran porcentaje de su voz.

–Los últimos meses de su vida fueron una pesadilla. ¿Llegó a tener algún problema con ella?

–Tenía la gran responsabilidad de seguir adelante con su tour, a pesar de que era demasiado pronto para ella. No estaba preparada. Pero su gente pensó que sería bueno para ella: salir, volver a conectar con la gente, ganar algo de dinero y redescubrir su nueva voz. Pero la presión fue demasiado... Tristemente.

–Está buscando estrellas con experiencia y fama en sus propios países. Sin embargo, hay una plaza, llamada «the wild card», para alguien desconocido, una cara nueva. ¿Por qué sólo una?

–«The wild card» dará a una desconocida la oportunidad de competir y ganar en The Ultimate Diva, algo que añade expectación y emoción al show. Esta persona puede proceder de cualquier lugar del mundo, no sólo de Europa o Estados Unidos.

–¿Por qué sólo mujeres? ¿No busca divos también?

–Eventualmente haremos The Ultimate Divo para buscar cantantes varones, quizá la próxima temporada. Pero hacerlo primero con mujeres subrayará también la necesidad de que las mujeres de todo el mundo se unan, eleven sus voces, se hagan escuchar y cosechen el éxito que merecen.

–¿Recuerda alguna anécdota de sus estudiantes?

–Muchísimas. La primera vez que trabajé con Muhammed Ali me dijo: «Eres el único blanco que me ha dicho jamás lo que tengo que hacer». La propia Whitney Houston me dijo que Aretha Franklin le confesó, solemne: «Te estoy pasando el testigo a ti, para que uses tu voz para la gloria de la canción».

–¿Cuál de todos era su favorito?

–Ellos dos: Ali y Houston.

–¿Con cuál tuvo la peor experiencia?

–Sinceramente, y aunque parezca mentira, nunca he tenido una mala experiencia.

–Ha entrenado alguna de las voces de nuestra generación. Es una gran responsabilidad, pero también el mayor de los orgullos...

–La mayor responsabilidad es tener a grandes artistas poniendo su divino talento en mis manos y diciéndome: «Hazlo aún mejor». El mayor orgullo es escuchar a un alumno mejorar.

–¿Con quién le gustaría trabajar?

–Con Paul McCartney, Mick Jagger y Elton John. Les admiro mucho.

–Tiene grandes proyectos entre manos, con sus clases como «voice builder», su nueva aplicación, sus libros... Mirando hacia el futuro, ¿cuáles son sus objetivos?

–Realizar una revolución en el canto gracias a la que seamos bendecidos, una vez más, con dotes increíbles para seguir adelante con el mundo de la canción.