Honest greens, alta cocina en bol

Benjamin Bensoussan revoluciona el concepto «fast food» con un espacio de comida real y saludable.

El movimiento «real food» se basa en evitar los productos ultraprocesados y llenar la cesta de la compra de comida real. Una sana tendencia que, gracias al interés por saber qué nos metemos en el estómago, popularizó Nina Planck en
EE UU y que nosotros hemos adoptado a través del nutricionista Carlos Ríos, impulsor del fenómeno Realfooding. Tanto es así, que hemos hecho del mercado de abastos una segunda casa donde adquirir los alimentos frescos de temporada. Un hábito que nos ha conducido a buscar espacios en los que sirvan propuestas saludables. Es el motivo por el que comer en boles se ha puesto de moda, una costumbre gastronómica que de EE UU viajó al mundo anglosajón con el concepto «bowl food», repleto de ingredientes sanos de diferentes colores y texturas. Los «smoothie bowls» fueron las primeras preparaciones en cuencos que nos engancharon. Después, llegó el poké. Con Honest Greens, Benjamin Bensoussan ha revolucionado el concepto de espacio «healthy». Después de formarse con los Roca, Andoni Luis Aduriz, René Redzepi y de ser el responsable del éxito de Le Cabrera junto a Sergi Arola, el cocinero francés está al frente de este negocio de restauración, que ayer inauguró una nueva sede en la calle Velázquez (las otras dos se encuentran en Hortaleza, en la Castellana y en noviembre contará con otra en Barcelona). Apuesta por una comida rápida y saludable alimentada por materias primas de proximidad. Lo mismo que Daniel Humm, chef de Eleven Madison, con Made Nice (Nueva York), y José Andrés con su cadena Beefsteak, que empezó en Washington. Faltan pocos minutos para las dos del mediodía y los comensales hacen cola en Honest Greens hambrientos por escoger uno de sus ya famosos boles: «Son ensaladas diseñadas por nosotros, porque entendemos que vienen a degustar algo rico. Si ellos deciden los ingredientes, se puede equivocar en la mezcla», asegura Benjamin. Se preparan a la vista de los clientes, no emplea aditivos ni azúcares procesados para «ofrecer una comida lo más natural posible, que siente tan bien comensal que desee repetir al día siguiente». De ahí que los métodos de cocinado sean sencillos: crudos, asados y sólo un frito, el falafel. Todas las proteínas se hacen al horno de carbón natural, la ternera está madurada 20 días en cámara y marinada durante 24 horas, mientras que el pollo lo está con una salsa de chipotle, cocinado al vacío y asado al carbón. Según Benjamin, nos entusiasman los boles porque «el comensal tiene la sensación de que en ellos entra más cantidad materias primas sanas y sabrosas que en un plato llano. Además, son importantes los colores. No sólo buscan que la comida esté buena, sino que sea bonita». ¿El bol perfecto? A una base verde de kale, espinacas, rúcula o berros, le añade cereales (quinoa, espelta...), frutos secos (almendras, pistachos, avellanas, anacardos...), fruta de temporada, que aporte azúcar natural (melocotón, sandía, melocotón, kiwi... ) y un aliño. El suyo está formado por numerosas especies, su propio aceite de oliva virgen extra, vinagre de Jerez, zumo de limón y alguna fruta asada y triturada. El precio medio es de 12,50 euros, mientras que en Abolea se disfruta de un menú por 12, 90. Muy recomendable es el burrito bol, con chili vegano, soja texturizada, aguacate, arroz jazmín salteado con cebolla roja y cebollino, frijoles, pico de gallo, maíz, salsa de queso vegano y tortilla chips. ¿Lo mejor? Puedes pedirlo para comerlo en casa. Beleeza es el primer açaí bar de Madrid. Éste es el fruto de una palmera, que crece en el norte de Brasil. Un súper alimento que es la estrella de cuencos como el Fortaleza, ideado con éste, plátano, fresas, miel, granola y chocolate. No falta tampoco en las propuestas de Fit Food por sus numerosas propiedades saludables. Anana, Ohana Sana y Böl en la Ciudad Condal son otras direcciones recomendales donde comer bien y sentirse mejor.