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La forma de conseguir el 'ikigai' en tu vida: el último empujón que necesitas
¿Me dedico a lo que me gusta? ¿Quiero a mi pareja? Sentir que nos falta algo, que nuestra vida está incompleta, es más común de lo que parece
¿Quiero estar en este trabajo siempre? ¿Me dedico a lo que me gusta? ¿Debo cambiar de ciudad? ¿Quiero a mi pareja? Conforme pasan los años, dejamos de idealizar ciertas cosas que teníamos como objetivo y pasamos a cuestionarnos nuestra vida y a sufrir diferentes crisis existenciales. Por eso nos replanteamos todo más que nunca y no dejamos que las cosas fluyan naturalmente, como hacíamos antes. Todas estas preguntas sin respuesta, esa sensación de vida incompleta o de falta de plenitud —que puede provocarnos estrés, ansiedad e, incluso, quitarnos el sueño—es más común de lo que parece. Si a ti también te pasa, no estás sola.
Con el estrés del día a día, la rutina y el acomodamiento, a veces sentimos que perdemos nuestra razón de ser, nuestro sentido en la vida. Esto en la cultura japonesa tiene un nombre: 'ikigai'. Es un concepto japonés que no tiene traducción literal, pero puede definirse como 'la razón de vivir', que implica tener en mente un propósito en la vida que le de significado y satisfacción, que —según la cultura— todos tenemos, independientemente de si lo hemos encontrado o no. El término se compone de dos palabras: 'iki' (vida) y 'gai' (valor o beneficio). Por tanto, el 'ikigai' se mueve en la creencia de hacer que la vida valga la pena. ¿Y cómo conseguimos esto? El libro Ikigai: El secreto japonés para vivir más y mejor explora este concepto en detalle. Según los autores, Héctor García y Francesc Miralles, es clave para una vida larga y plena.
Cómo ser feliz según la cultura japonesa del ikigai
En el libro, explican que la vida cumple su propósito y dirección cuando conseguimos alinear cuatro conceptos: lo que amamos (pasión), en lo que somos buenos (vocación), lo que el mundo necesita de nosotros (misión) y por lo que nos pagan (profesión). Si conseguimos alinear estos cuatro aspectos, entonces encontramos nuestro 'ikigai'. Dicho así, parece fácil de entender, pero la práctica es bien distinta. Sin embargo, este pensamiento —relacionado con la cultura de Okinawa, una región de Japón conocida por la longevidad de sus habitantes— nos da algunos consejos para conseguir ese clímax en la vida.
Este viaje al puro estilo Julia Roberts en Come, reza, ama implica un gran ejercicio de autoconocimiento e introspección. Y eso, así, de repente, puede dar un poco de vértigo y resultar abrumador. Pero vamos a hacerlo poco a poco. Empezaremos con papel y lápiz, apuntando algunos conceptos sueltos. Una lista donde apuntaremos lo que nos hace feliz, cómo podemos hacer feliz a los demás y lo que creemos que se nos da bien. Saca ese lado pasional que creías perdido, esos sueños de la infancia, cuando creías que todo era posible. Ahora juegas con la baza de la experiencia, por lo que la mezcla de ambos puede ser el secreto para el éxito de —según la cultura japonesa— mantenerse eternamente jóvenes.
Reflexiona sobre lo que amas (pasión)
Haz una lista y escribe todas aquellas cosas que te gusta hacer, las que te hacen perder la noción del tiempo. Saca tu niña interior y piensa en las cosas que te apasionaban y si aún tienes interés en ellas. Recuerda: a veces, descubrir lo que amas puede requerir experimentar con cosas nuevas, salir de tu zona de confort.
Piensa en lo que se te da bien (vocación)
Reconoce tus propias habilidades, todas las tenemos, aunque creas lo contrario. Haz una lista de tus talentos y habilidades. Pregúntate en qué destacas. Si necesitas ayuda, puedes preguntar a tus seres queridos. Si sientes que necesitas mejorar en ciertas áreas, busca la manera de hacerlo.
Qué necesita el mundo de ti (misión)
Todos tenemos algo que aportar. Observa, reflexiona sobre las necesidades de los demás, en el mundo, o en tu entorno. Piensa en las causas que te importan y en cómo podrías contribuir a ellas. Habla con personas de diferentes contextos para entender otras perspectivas.
Por qué te pueden pagar (profesión)
Haz un estudio del mercado en el que te mueves. Investiga oportunidades, busca áreas o profesiones donde tus habilidades y pasiones podrían ser remuneradas. Piensa en el futuro y considera nuevas tendencias laborales que podrían crear nuevas oportunidades para ti.
Mira todos los conceptos que has escrito en estas cuatro listas y busca la intersección entre lo que amas, en lo que eres bueno, lo que el mundo necesita, y por qué te pueden pagar. Si lo encuentras, habrás encontrado tu 'ikigai'. Si no, sigue ajustando y explorando hasta que encuentres un equilibrio. Recuerda, Roma no se hizo en un día y nos vas a encontrar tu razón de ser a la primera. Haz pequeños cambios en tu rutina que te acerquen a este modo de vida. Debes ser paciente y flexible. Además, tus prioridades y objetivos pueden ir cambiando con el tiempo e ir evolucionando. La gratitud y la atención plena son dos factores imprescindibles de esta cultura: agradece las cosas pequeñas y grandes en tu vida, lo que te ayudará a mantener una perspectiva positiva. Vive el presente.