Entrevista

Claudia Salas: "Brillar es estar a gusto con quien una está y con cómo está"

La actriz estrena en unas semanas ‘Las pelotaris’, una serie sobre mujeres adelantadas a su época y que, como ella, tienen mucho que contar.

Claudia Salas
Claudia SalasManu BermúdezLifestyle

Saber quién es uno no siempre es fácil. Y menos cuando llega la fama y todo empieza a volverse tan brillante como resbaladizo. Pero hay quien consigue mantener los pies en la tierra y que los focos no le deslumbren con tantos oropeles. El de Claudia Salas puede ser uno de esos casos. Es una actriz de éxito ante las cámaras, pero una joven normal fuera del set de rodaje. Y eso se agradece –y mucho– al charlar con ella sobre su trabajo que, por cierto, le ha ido muy bien. Debutó con La Peste, se hizo famosa en todo el mundo con Élite y en las próximas semanas estrena Las pelotaris, un proyecto con mirada femenina y feminista con el que se rescata la figura de aquellas mujeres que rompieron moldes a comienzos del pasado siglo.

Claudia Salas
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En unos días se estrena ‘Las Pelotaris’, una serie que habla de esas figuras que la historia a veces olvida, las mujeres adelantadas a su tiempo. En este caso, unas jugadoras de pelota vasca en un mundo de hombres, a principios del siglo XX. Sí. Me parece importante que cuente que en 1926 había mujeres que jugaban a la pelota. y que llegaron a posicionarse tan alto en un mundo de hombres. Es una época muy próxima a la Guerra Civil. Y todo se quema, desaparece y no hay documentos gráficos de ellas. Queda la historia. De los años 50 en adelante se sabe más, pero antes de esa generación, hubo una primera hornada que eran ellas, las protagonistas de la historia que vamos a contar, y hacerlo me parece que es digno y justo para ellas.

Además son unas deportistas de élite cuando ni tan siquiera existía el concepto. Evidentemente estaban en un mundo de hombres en el que las introducen primero como reclamo morboso, porque los hombres quieren ver a mujeres en falda pegarle golpes a una pelota y correr detrás de ella. Pero, de repente se dan cuenta de que no solo no lo hacen mal, sino que incluso son mejor que ellos. Y de pronto, son mujeres que en el 26 se codean con la gente de la música, que mantienen y sostienen a su familia. Y no solo a la principal, sino a tíos, primos, cuñados... y encima están mal vistas por ello. Así que su entorno mentía y ocultaba lo que hacían. A mí me parece increíble que pudieran hacer eso en esa época.

Es interesante contar que entonces los pelotaris eran el equivalente a los futbolistas de ahora. Y no solo en el País Vasco, también en ciudades como Madrid, donde llegó a haber más de 20 frontones en esa época. Eran las grandes estrellas. Y ellas además, eran mujeres que terminaban el partido y se iban a una taberna y fumaban y bebían, que en el 1926, eso era impensable.

Claudia Salas
Claudia SalasManu BermúdezLifestyle

¿Y de Idoia, tu personaje, qué podemos contar? Que es una maravilla. Me lo he pasado muy bien rodando. Es una mujer con mucho carácter, mucha personalidad. Ante todo, es deportista, luchadora y constante. No creo que deje indiferente a nadie.

Entre tus últimos proyectos está ‘La Ruta’, que para ti supuso otro viaje a un pasado que no habías vivido. Porque, aquí viene el golpe de realidad para los lectores que pasen de los 40; en 1990 no habías nacido. No. Nosotros no hemos vivido esa época porque todo el reparto nació en el 94. Pero nos han hecho viajar en el tiempo. Todos los departamentos de arte han hecho algo magnífico. Ya te sentías en la época solo con el vestuario. Lo mismo con peluquería y maquillaje. El tema de la música, la figuración… ir a rodar era como abrir una puerta y estar en el 91.

Pero el anecdotario os tendría que parecer de lo más marciano. Es una época que nos pilla lejos y yo, siendo de Madrid, tampoco tenía a nadie alrededor que hubiera vivido lo que es la ruta. Pero fue una maravilla poder estar en Valencia desde los ensayos, hablar con los valencianos, que además son supergenerosos y todo el mundo se acercaba para contarte una anécdota. Estuvimos haciendo mucho trabajo de campo, viendo muchos vídeos, muchas entrevistas. Mi personaje era el que más se reflejaba en el ecosistema valenciano de familia, paella y domingo, así que estuve yendo mucho a bares de pueblo, a sentarme con un café y estar escuchando.

¿Se puede contar en qué estás trabajando ahora? Soy supersticiosa. Muchísimo. Así que nunca cuento nada hasta que no está cerrado. No solo cerrado, sino que ya haya empezado a rodar. Es un consejo que me dieron y que yo he seguido. No porque me vaya bien o mal, sino porque me lo dijo una persona muy importante y voy a hacer honor siempre a eso. La relación entre los actores y las supersticiones es histórica.

¿Cuáles son las tuyas? Pues mira, en el escenario eso me ha jugado malas pasadas porque siempre tengo que entrar con el pie derecho. Así que a veces tardo como diez minutos en entrar con la pierna derecha (risas). Aunque he de decir que con el tiempo, se me ha ido quitando un poco. Ahora son más cosas, como descansar antes de un rodaje. Me gusta hacer ejercicio para tener resistencia, para aguantar rodajes nocturnos, el frío… porque al final nuestro cuerpo es nuestra principal herramienta. Así que diría que ahora más que superstición es un estilo de vida que se mantiene. Me gusta mucho el deporte y llevar una vida sana. Tampoco soy muy fiestera y soy más diurna. Me gusta aprovechar el día, el sol, la luz…

Claudia Salas
Claudia SalasManu BermúdezLifestyle

Una vida muy tranquila y un enfoque muy maduro ya desde los 28. Bueno, pero también me gusta la adrenalina, ¿eh? Aunque es la de los deportes al aire libre. Lo de meterme en un gimnasio con luz artificial a levantar peso no me interesa en absoluto. Me gusta más la escalada, el esquí, salir con la bici… Me encanta todo este tipo de cosas. Pero lo de la madurez no lo sé. Supongo que será también de donde venga cada uno. La educación, la base, es superimportante.

Hablabas de los rodajes con frío, de noche… así no parece tan glamuroso ser actriz como algunos piensan. Pero algo tiene esta profesión para que enganche.

Bueno, yo es que creo que no sé hacer otra cosa. Me gusta tanto y es tanto lo positivo, que lo malo que pudiera tener es que ni se ve. Es una profesión muy diferente, muy estimulante. Los personajes son distintos y conoces a gente diferente en lugares diferentes. Y encuentras de repente a una familia que luego se mantiene en tu vida. Yo no me canso nunca de esto. Me voy cansando de todo, salvo de esta profesión. Desde que me puse a estudiar, es algo que se mantiene y no se me apaga el gusanillo. Supongo que será porque estoy donde tengo que estar.

Has trabajado de otras cosas hasta que conseguiste hacer de la interpretación tu forma de subsistencia, así que experiencia en otros campos tienes. Sí, he trabajado de muchas cosas. Sobre todo de camarera. Yo empecé a estudiar interpretación con 18 años, pero no podía vivir de ello. Estaba muy metida en la escena del teatro y teníamos una compañía. Hacíamos bolos, pero al final el dinero que invertíamos era el que volvía e incluso a veces había un déficit. Así que había que mantenerse de otra forma. A mí me llenaba muchísimo estar en una sala de teatro de jueves a domingo. Pero, si no podía vivir de ello, iba a trabajar de algo que no me gusta tanto, porque luego sabía que llegaba el momento de subirme al escenario y disfrutar como una enana. En ese momento era camarera, animaba fiestas de cumpleaños, daba publicidad en la calle… y lo disfrutaba mucho sin ser consciente del todo. También fueron cosas que me ayudaron en la interpretación, porque trataba con la gente y me gusta mucho observar. Además, si hago algo, me gusta hacerlo bien. Por ejemplo, trabajaba en un bar intentando que la gente entrara a comer. Y me gustaba charlar con ellos. Y luego, de hecho, llega un punto en el que cada día me inventaba un personaje.

Y luego llegaron las oportunidades. Primero con ‘La Peste’ y después, con ‘Élite’. Ha sido un proceso positivo. El alcance que me ha dado estar en una serie como Élite ha sido internacional y gracias al personaje de Rebeca mi trabajo ha podido llegar a muchos lugares. Y la gente empieza a apoyarte en tu carrera, que es muy importante a nivel industria. Sin desmerecer a lo otro, se agradece más que alguien que yo admiro dentro de la profesión me diga “qué trabajo tan riguroso” que un número de seguidores. Y luego a nivel vital, es una masterclass estar en un proyecto como ese, porque de la noche a la mañana la parte anónima se despoja de ti por completo y es importante mantener un poco la cordura y decir: “Ha pasado todo esto, pero me mantengo donde estoy. Me va bien así y me gusta ser así”. Aprendes a protegerte, a apoyarte mucho en la gente que quieres.

¿Se estrecha más el círculo de personas íntimas cuando la fama cae como una losa? En mi caso no ha cambiado nada. Empecé a rodar con 24, y con 25 se estrenó. Venía de otros trabajos que no tienen nada que ver con la interpretación. Y los valores y la educación que he recibido también me posicionan en un lugar bastante maduro.

¿Qué crees que se necesita para brillar, para triunfar en la vida? Pues mira, tener una buena compañía de viaje. La familia, los amigos... Creo que ese acompañamiento es esencial para brillar. Porque la luz que desprende la gente que tú vas eligiendo se retroalimenta. Y diría que también una buena salud mental. Estar a gusto, sentir, pensar y hacer lo que uno quiere. Brillar es estar a gusto con quien uno está y con cómo está.